EL BIEN ESTAR DE LAS PENSIONES

Por: Alfredo Almanza Cardoso


En el año de 1925 fue decretada la Ley de “Pensiones civiles y de retiro”, donde de primera instancia se buscaba dar protección a empleados de confianza del sector público, incluyendo a docentes y dejando fuera a personal de la milicia. 

Esta Ley da nacimiento al fondo de pensiones, el cual se financiaba por aportaciones tanto de trabajadores como del mismo gobierno. Es así que se establecía una pensión por cesantía en edad avanzada y por la propia sobrevivencia o invalidez a partir de los 60 años, que vale la pena comentar ya desde entonces se promediaban los ingresos recibidos en los últimos cinco años.

A través de los años, hay fechas de gran relevancia que han cimentado nuestro sistema de pensiones mexicano. Para muestra, vea usted: En el año 1932 se constituye el organismo de gobierno para la defensa de los trabajadores, es decir, el Departamento del Trabajo, donde el objetivo era la conciliación y el logro de acuerdos entre las personas del capital (entiéndase empresarios y la clase obrera).

Posteriormente, en 1942 se firma el primer contrato colectivo con los trabajadores, ¿de quién cree usted? Así es, con trabajadores de Petróleos Mexicanos. Es aquí donde se crea un sistema de pensiones y jubilaciones.

En este mismo año es presentada ante una convención interamericana la iniciativa para constituir lo que hoy conocemos como Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

A partir de esta etapa que se conoce como etapa cero, da inicio la aportación de los trabajadores para su vejez y se proyecta mantener al Instituto con un equilibrio financiero. (Mmmm; no lo sé, yo tengo otros datos). 

Ya sobre la marcha, para 1959 se crea el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y un sinfín de entidades de ahorro más. Dando incluso cobertura a las Fuerzas Armadas y militares, entre otras. 

Derivado de un alto crecimiento en la planta laboral y vislumbrando el potencial económico sobre la administración de los ahorros, el IMSS realiza un nuevo planteamiento con una nueva Ley de Seguridad Social, con el propósito de incrementar la base de ahorradores o beneficiarios, y para ello, introduce varias permutas. Investigando sobre lo que al tema nos refiere, se crea la figura de Incorporación Voluntaria, dirigido a trabajadoras del hogar y personal independiente, preferentemente.

Sobre el financiamiento que infiere al tema de la vejez, se establece un incremento apostado, es decir, que se incrementara de forma gradual con el paso del tiempo y dichos incrementos van directamente enfocados para fortalecer los fondos de cesantía en edad avanzada, retiro y vejez. 

Ya para 1985 y después de una mala administración por parte de los titulares del IMSS, donde incumplen con la forma, transparencia y manejo de recursos, lo cual pone en riesgo las finanzas del propio instituto y los ahorros que pertenecen a los trabajadores. Con ello se aprueba por votación en ambas cámaras a la privatización de los ahorros, siendo así la antesala de lo que hasta el día de hoy vivimos.

En aquel tiempo, para el año de 1992 el entonces presidente en turno realiza modificaciones a los fundamentos establecidos en la Ley como lo son: el Instituto Mexicano del Seguro Social; La propia Ley de Impuesto Sobre la Renta (I.S.R.), entre otros, y vemos germinar la figura del “Sistema de Ahorro para el Retiro” (S.A.R.). Tales modificaciones permiten y sientan las bases para que entonces la banca sea totalmente responsable del manejo de los ahorros sobre las pensiones de las y los trabajadores. Dicha administración corresponderá a la aportación sobre su salario en un 2% para el ahorro y 5% sobre fondo a la vivienda. Siendo los patrones los responsables solidarios de hacer llegar dichos recursos. Esto permitió afilar dientes a órganos de fiscalización para establecer multas y sanciones en caso de incumplimiento. ¡Ah, qué negociazo!.  

Es autoritariamente aquí donde se crean las bases para dar paso a un nuevo modelo de pensiones para la clase trabajadora, pero un auténtico calvario para el gremio patronal. Todo creado como una telaraña con una sapiencia que va más allá de simples ideologías políticas y triquiñuelas partidistas. Aquí nace la ambición.

Es así entonces que a partir de esta última fecha (1992) se diseña una nueva Ley de pensiones, la cual entraría en vigencia a partir del año 1995 y cuya finalidad es capitalizar de forma individual a cada individuo (y con criterios muy restrictivos a mi entender); esto basado en un sistema neoliberal extremadamente peligroso, para quienes, a partir de esta fecha, inicien a crear su fondo de ahorro, que incluso permite que un adulto mayor carezca de pensión y servicio a la salud. Muy grave y lamentable en verdad. 

Lo que actualmente se acaba de aprobar como “Fondo de Pensiones para el Bienestar”, yo me pregunto ¿el Bien Estar de quién? Sin temor a equivocarme y confirmando mi teoría de que los ahorros que hoy existen. Los gobiernos venideros buscarán cualquier patraña para hurtar de manera disfrazada y así obtener parte del botín (que vale la pena señalar, al día de hoy es nada menos que de cuarenta mil millones de pesos). Nada despreciable, ¿verdad? Así es; ya que este nuevo esquema disfrazado de ayuda y bondad se convirtió en la manzana de la discordia, me refiero al nuevo artilugio diseñado de forma maquiavélica para tener una gran tajada de ese pastel sobre la administración de los recursos de la gente trabajadora. Y lo planteo desde ahora: será la antesala para que poco a poco busquen apoderarse de los importes que anteriormente administraban las AFORES.

El Fondo de Pensiones del Bienestar trae consigo algunos factores clave, que merecen ser analizados con mayor amplitud. Juzgue usted mismo si son a favor o en contra, por ejemplo:

  • El beneficio, es para muy pocas personas. 
  • Una decisión de tanta relevancia, no puede ser tomada tan a la ligera y con esa premura de tiempo.
  • Se propone solo obtener el 40 % sobre los importes concentrados, a lo cual se tacha como cantidad miserable. Es decir, que quieren substraer el 100 % sobre importes no reclamados. 
  • Otro punto a dilucidar es sobre las lagunas legales que dicha modificación a la Ley pueda tener. 
  • Se propone identificar las cuentas antes de llevar a cabo tan maquiavélico plan. Y eso cabe señalar, les cuesta trabajo.
  • No entiendo y en verdad no entiendo: si con tanto control administrativo como lo es la CURP, el INE y algunos otros, ahora les resulta muy difícil identificar a quién corresponde cada peso. 

Dentro de tal reforma se plantea que quien administre sea el órgano gubernamental del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado o quizás también se lo entreguen a la Secretaría de la Defensa Nacional y Secretaría de Marina. Eso está por verse.

Concluyo que es de vital importancia conocer la trascendencia de estos cambios al sistema de pensiones. Sin embargo, es más importante aún exigir lo que por derecho se ha ganado. Hago una invitación a que las personas se involucren y conozcan de este tema de gran relevancia. 

Aún estamos en tiempo de recuperar lo que con tanto esfuerzo y trabajo se logró. Invito a que cada ciudadano sea responsable y realice lo que corresponda, para hacer valer sus derechos. Hoy nada es regalado, aunque lo parezca. El gremio empresarial se ha desgarrado por dar cumplimiento cabal a los ordenamientos de la Ley laboral, para que ahora, en un abrir y cerrar de ojos, cambien la jugada. 

“NADIE PUEDE TENER ÉXITO EN LA VIDA SIN AHORRAR. NO HAY EXCEPCIONES A ESTA REGLA, Y NADIE PUEDE ESCAPARSE DE ELLA. -Napoleon Hill.

Leave a Comment

Your email address will not be published.

Start typing and press Enter to search