Gustavo A. de Hoyos Walther

LA VISIÓN PALMARIA DE UN LÍDER EMPRESARIAL

Por: Erick Guerrero

El papel que Don Gustavo A. de Hoyos Walther ha desempeñado como líder empresarial es trascendente en la política nacional. En un hecho histórico, fue elegido por unanimidad como Presidente de la COPARMEX.

Ante los momentos especiales que se presentan en nuestro país, la opinión de un hombre de su temple es de gran valor en temas nacionales; como su clara perspectiva sobre la polémica Reforma eléctrica.

En una entrevista exclusiva Don Gustavo nos compartió su perspectiva sobre la política actual y un proyecto sin precedentes en la historia de nuestro país: Si por México.

Cuando se hizo la Reforma en el periodo del Presidente Pena Nieto, México llego a la cita veinte o treinta años tarde. La mayor parte de las economías de mercados del mundo, mucho antes, vieron con claridad que los gobiernos no tenían las capacidades económicas, tecnológicas, ni la eficiencia para dotar a sus países de energía suficiente y de buena calidad; a precios competitivos que el desarrollo industrial y, ahora, la Cuarta Revolución Industrial, requieren. Por ello, México hizo esta Reforma. Apenas se están empezando a consolidar muchos de los avances que eran indispensables para que accedamos a otros niveles de desarrollo industrial.  

Es lamentable que se de esta iniciativa de Contrarreforma, cuando el país debería estar preocupado por ver hacia el futuro. La propuesta que presento el Ejecutivo, es una apuesta al pasado, que no está en condiciones de satisfacer la demanda de dispersión de energía eléctrica en todo el país; que puede frenar muchos proyectos productivos ya calendarizados.

Mas allá de la inversión que se tiene prevista por los productores y generadores de energía, son las consecuencias indirectas que esto representa, es decir, muchas plantas no podrían llevarse a cabo si esta Reforma prospera.

¿Qué impacto prevés en las pequeñas y medianas empresas y, a su vez, en los mexicanos que estiran el gasto?

Desafortunadamente vimos como en los últimos años se ha incrementado la cantidad y frecuencia de los apagones. Esto implica que el país, para poder proveer de energía eléctrica al consumidor individual, a la vivienda de interés social y a la vivienda de interés media, todavía requiere mucha mayor inversión; sobre todo en el momento que vivimos, y porque México ha suscrito compromisos para la transición energética de las energías fósiles a las energías limpias.

El país ya requiere de una gran inversión en los próximos años para cumplir internacionalmente, pero, sobre todo, poder cumplir a los consumidores domésticos, a los pequeños comercios, a las industrias, etc.

Esta reforma sería un paso atrás, un retroceso, un criterio básicamente expropiatorio, porque hay gente que invirtió, aposto al país. Se quedarían, esos proyectos, esas inversiones, con sus fierros puestos. Con la Reforma se vuelve prácticamente ilegal la generación de los particulares.

Nos prometieron un gran cambio, sin duda la reversa también es un cambio.

¿Vislumbras apagones en algunas partes del país, tarifas más altas?

Veo tarifas más altas, un servicio de menor calidad y una incapacidad del país para dar cobertura a nuestros requerimientos futuros de energía eléctrica.

Necesitamos mejorar el servicio por el tipo de aparatos que utilizamos, por la cantidad y la demanda que tiene cada individuo de energía eléctrica, creciente conforme nos incorporamos a las nuevas tecnologías; hoy estamos utilizando una computadora, uno o dos teléfonos celulares.

Tenemos que garantizar que la atención de esta demanda se haga de forma tal que no sigamos lesionando el medio ambiente.

Las pocas inversiones que ha realizado la CFE, por su incapacidad financiera (que no es de hoy, vienen de atrás), son fundamentalmente en energías fósiles condenando a las futuras generaciones a un medio ambiente más deteriorado, y con eso también a una gravísima afectación a la salud pública.

¿Qué vislumbras respecto a la relación con la administración de Joe Biden?

Él apuesta a las energías limpias para poder competir con China. Creo que, para la actual administración norteamericana, incluyendo a todas las administraciones gubernamentales de las democracias occidentales, transitar hacia un desarrollo sustentable respetuoso del medio ambiente, es prioridad. No es un tema de izquierda ni de derecha; sino que, no hay ninguna persona responsable, no se diga un joven, que no ponga en la más alta prioridad el respeto al medio ambiente, esa es la agenda del siglo XXI.

Esto va mucho más allá de lo inmediato; tiene que ver con que, si el país se pone en la ruta de las grandes tendencias globales, o, por el contrario, se quiere convertir en una especie de paria ambiental del mundo que hoy estamos construyendo.

¿Ves un fuerte impacto negativo en cuestión del crecimiento económico, empleo, exportaciones, etc.?

La Contrarreforma afectaría primero, a los consumidores domésticos, a los comerciales y a los industriales.

Segundo, afectaría las finanzas públicas, porque implicaría que el gobierno destinara recursos crecientes con carga presupuestal a mantener a la CFE.

Tercero, afectaría a los servicios públicos, porque, los recursos presupuestales tocan tópicos como la educación, la salud y la seguridad.

Cuarto, en la medida que se les apueste a las energías contaminantes, hay una incidencia directa en la salud pública. Y finalmente, aunque, es aún intangible, hay una gravísima afectación a la certidumbre jurídica de las grandes inversiones que apuestan a México como un país de leyes e instituciones. Han anclado cientos de millones de dólares en el país para ser parte, conjuntamente con nuestras finanzas públicas, del desarrollo energético. De ser aprobada esta legislación se quedarían, para decirlo coloquialmente, “colgados de la brocha” en México.

A corto plazo: al presentar la contrarreforma eléctrica, el presidente López Obrador, apuesta a los votos, y lo ha dicho del PRI.

¿Cuál es tu escenario en esta postura del PRI?, ¿Se divide el PRI o se une y rechaza la reforma constitucional?

El veinte de octubre de 2020, me toco, junto con otros ciudadanos, hacer el llamado a los partidos políticos, entre ellos el PRI, para realizar una propia agenda ciudadana; esta se desmembró en varios elementos, y finalmente derivo en la coalición “Va por México” (que se dio a conocer el día veintitrés de diciembre de ese mismo año).

Se suscribieron los partidos Acción Nacional, PRI y PRD. Firmaron a través de sus dirigentes ciudadanos una agenda; en ella acordaron votar en contra de cualquier reforma constitucional que implicara debilitar la competitividad, de construir órganos autónomos o reguladores del Estado mexicano, o que tuviera como finalidad una participación mayor del Gobierno dentro de la actividad económica. Es una agenda firmada y suscrita por el Partido Revolucionario Institucional que hizo frente a sus socios de coalición, en este caso, Acción Nacional; pero, sobre todo, a la ciudadanía. La agenda que firmaron no fue solamente un discurso, fue una declaración de principios que los obliga a votar en contra de la Contrarreforma.

Recordemos que el PRI, un gobierno del PRI, una mayoría del PRI, la que hace cinco años, empujo esta iniciativa. Seria completamente absurdo que, después de que el presidente Zedillo la impulso y finalmente el PRI logro concretarla (no era del Presidente Pena Nieto, era una agenda política partidaria), ellos mismos dieran los votos para destruirla.

“Creo que, para la actual administración norteamericana, incluyendo a todas las administraciones gubernamentales de las democracias occidentales, transitar hacia un desarrollo sustentable respetuoso del medio ambiente, es prioridad”

Lo que me preocupa mucho, como analista, es la concentración de un Gobierno que intente reelegirse en el 2024. Mario Vargas Llosa, hace unos días opinaba en este sentido.

¿Ves esto posible, un intento de reelección?

El Presidente ha dicho, reiteradamente, que se ira a su rancho, y que cancelara estas obras sociales, que se dedicara a escribir. Me parecería una gran ofensa que mintiera reiteradamente, aunque tampoco lo descarto. Hay que esperar lo mejor y prepararnos para lo peor. Ojalá cumpla su palabra; que como un demócrata concluya su periodo y entregue de manera pacífica el poder. Hay que estar listos, con todas las herramientas legales y de movilización, para que en el caso de que tuviera alguna tentación de esa naturaleza, podamos detenerlo eficazmente. Indudablemente con una mentalidad estratega.

Revocación de mandato ¿Realmente revocación o renovación de mandato?

Durante toda mi vida me he manifestado en favor de las figuras de democracia participativa, creo que las democracias liberales de occidente tienen que evolucionar paulatinamente de un sistema solamente representativo, a un sistema participativo.

En ese sentido, de manera general, estoy a favor de figuras como el plebiscito, el referéndum, la consulta popular, la iniciativa ciudadana y la revocación de mandato. Estas cinco figuras, bien instrumentadas, alimentan un sistema democrático, desde lo local a lo nacional. En el caso de la revocación de mandato, el planteamiento que hizo el Presidente a nivel conceptual, me parece correcto. Cuando se planteó la Reforma Constitucional, hubo debate sobre si se tenía que llevar a cabo conjuntamente con las elecciones intermedias o en otro momento; finalmente las fuerzas políticas decidieron que fuera en otro momento, y eso es lo que nos tiene de cara a que en marzo del año que entra tengamos este proceso.

¿Qué es lo que salió mal?

Que la iniciativa que fue aprobada por la mayoría del oficialismo, en la Cámara de Senadores y en la Cámara de Diputados, desvirtúa o prostituye la esencia de la revocación de mandato, porque esa es una figura que se establece para los ciudadanos si por perdida de confianza quieren retirar al Presidente de la Republica de su encargo.

La pregunta dual, para los individuos, es si quieren la continuidad; ya no se trata de si hay una revocación, sino una especie de elección o reelección, dentro de un periodo ya electo. Este tema es el que, a muchos analistas, a muchos estudiosos del derecho constitucional, les parece que es una perversión de la figura inicial, y por eso es que muchas organizaciones han decidido mantenerse al margen de este proceso. Pocas veces se reflexiona que no todos los derechos cívicos se tienen que ejercer cada vez que hay oportunidad de ello; yo podría ser candidato desde los dieciocho años a cualquier posición y no quiere decir que me postule cada vez que haya elecciones. La revocación de mandato, está bien que exista como figura en nuestra legislación, lo cual no implica que, en cualquier circunstancia, las oposiciones necesariamente lo aprobaran. Sostengo que no tiene sentido llevar a cabo una revocación de mandato en 2022.

La visión de una Presidencia y de un Gobierno hacia el 2024 no puede apostar al pasado, a las cosas que no nos gustaban, al México de la inseguridad y la corrupción; mucho menos puede anclarse a este México tan desordenado, polarizado, ineficaz en la gestión pública”

¿Por qué no tiene sentido?

Si gana la revocación, el nombramiento del Presidente sustituto se llevaría a cabo por el Congreso general, por los 628 legisladores, 500 diputados y 128 senadores, y, hoy por hoy, el oficialismo tiene la mayoría de estos 628; entonces no es una figura eficiente.

En el caso de que se lograra, con la votación suficiente, su revocación, la consecuencia inmediata sería que su mismo partido político elegiría un sucesor; por esta razón promover este proceso resulta poco atractivo.

En el escenario hacia la sucesión presidencial, pueden pasar muchas cosas. Tu eres un hombre de mucho prestigio en el sector empresarial, en todas las cámaras hay empresarios que verían con mucha simpatía tu posible candidatura a la presidencia.

En un escenario hipotético. Qué programa de Gobierno plantearías o te gustaría ver planteado por algún candidato?, ¿Cuáles son los puntos nodales para poder recuperar competitividad y crecimiento económico del país?

Lo que impulso desde “Si por México” es una ruta que empieza este mes de octubre, y que tiene como clímax el momento de la elección del 24. Esa ruta se conforma de varios componentes: el primero es la construcción de una visión que hemos denominado “La Visión del México Ganador para Todos”. La visión de una Presidencia y de un Gobierno hacia el 2024 no puede apostar al pasado, a las cosas que no nos gustaban, al México de la inseguridad y la corrupción; mucho menos puede anclarse a este México tan desordenado, polarizado, ineficaz en la gestión publica.

El primer desafío es construir una visión de donde nos queremos encontrar, como país, en 2050, y luego cuales son las aproximaciones sucesivas para lograrlo.

En la visión de México Ganador, el país debe tener un piso de igualdad en materia de salud, educación, cultura, vivienda; y también, en materia de retiro. Tenemos grandes asignaturas que garantizar, que por el hecho de ser mexicano el país le brinde a cualquiera, bienestar mas allá de la condición.

Para ello es indispensable que creemos riqueza, y tiene que haber incentivos para que, desde la persona que trabaja por sí misma (que se auto emplea), el mediano empresario, el artesano, el taller y la gran empresa, se encuentren en condiciones de prosperidad; para que les vaya bien, que ganen mucho dinero y, en consecuencia, generen los impuestos para que el Gobierno otorgue condiciones de bienestar. Necesitamos un Gobierno que ponga orden, que aplique la justicia, y, sobre todo, que nos de seguridad.

Estos 3 elementos son fundamentales. De aquí a enero vamos a presentar esta gran visión de “México Ganador Para Todos”.

Un segundo escalón tiene que ver con como lograr eso, en el 2024 se tiene que instalar el primer Gobierno Federal de coalición en la historia de este país. No creo que tengamos el andamiaje legal, como en otros países, para conformarlo, pero vamos a construir ese Gobierno de coalición.

Tercer objetivo. Tenemos que lograr una coalición electoral para que avance este proyecto, en base a la suma de cuatro partidos políticos, que pueda luego traducirse en un Gobierno de coalición.

Se podrá materializar con dos circunstancias previas: que tengamos una candidatura de unidad a la Presidencia de la República, que este legitimada, y que este oportunamente señalada. La candidatura puede estar a mediados de 2023, para que tenga todo un ano de recorridos amplios por todo el país y las personas que no identifiquen a quien sea candidato, puedan conocer su propuesta. No vamos a producir una campana de 2 meses nada más, donde rápidamente se quiera presentar a la mujer o al hombre que encabece este esfuerzo.

Y en último lugar, tenemos que lograr que este país tenga el mejor Congreso de su historia. Sacar de su apatía, del conformismo, a muchos académicos, lideres de opinión, analistas, empresarios que, una vez que han sido exitosos en sus tareas, le regalen a México 6 o 12 años de su tiempo. Porque este país merece ya tener un cuerpo colegiado, un Congreso de otro nivel, que mas allá de la figura del Presidente, nos permita una transición paulatina a un régimen semipresidencialista o semiparlamentario.

Estoy empeñado en la construcción de estos 5 momentos, desde la visión del México Ganador, hasta tener una candidatura de unidad.

Creo que para junio del 2022 habrá que analizar cuáles son los perfiles más competitivos para esta visión. Yo he decidido apostarle en los siguientes meses a tratar de construir estas condiciones.

Me parece muy interesante fijar un piso mínimo de bienestar a la población; condiciones para crecer económicamente, para recuperar competitividad, visión a largo plazo, metas al 2050. No solamente repartir, sino generar.

“Me parece muy interesante fijar un piso mínimo de bienestar a la población; condiciones para crecer económicamente, para recuperar competitividad, visión a largo plazo, metas al 2050. No solamente repartir, sino generar”

Gustavo, me llamo mucho la atención esta frase que mencionas de “Un México Ganador para Todos” en un momento en que la polarización social, el discurso del resentimiento, del odio, la división de clases ha hecho mucho daño. ¿Cómo lograr esa reconciliación en México Ganador?

En esa frase subyace en dos ideas: la visión fatalista, de fracaso, de mediocridad, que ha planteado el Gobierno Federal, no puede seguir más en México. Nosotros sabemos que este país tiene todas las condiciones, desde su ubicación, recursos naturales, capacidad de sus empresarios y de sus trabajadores para hacer un México verdaderamente exitoso. Un México que se ponga al tu por tu con cualquier economía del mundo.

Tenemos muchísimas pruebas de como fábricas de automóviles y fábricas de equipo eléctrico compiten y superan a sus pares; incluso en los países donde son las matrices. La primera idea es que, esto si puede ser, este tiene que ser un México ganador. En los deportes ¡claro que sí!, pero sobre todo en su inserción como un competidor en el mundo globalizado.

Lo que vaya logrando el país tiene que traducirse en oportunidades de prosperidad para cada uno de los mexicanos. No queremos un México donde les vaya a unos pocos muy bien, y mucha gente siga padeciendo pobrezas, carencias ancestrales.

Por eso, es tan importante que vaya bien la economía, porque si las empresas ganan dinero pueden reinvertir, crear muchos empleos, pagar mejores sueldos, mucho mejor remunerados; pagar sus impuestos y, entonces, se genera un círculo virtuoso que permite de prosperidad para toda la población. Yo estoy absolutamente convencido que si enfocamos bien esta misión el país podría, sin ningún problema, acabar para 2027 con la pobreza extrema, cuando menos; y para 2030, podría abatir la pobreza del país. Pero. que se requiere? crear oportunidades, prosperidad; y eso solamente se da en un capitalismo social, en una economía de mercado socialmente responsable.

Muchas gracias por esta generosa entrevista y por el tiempo concedido. Ha sido completamente enriquecedor conocer la visión, que el empresario, analista y político Gustavo A. de Hoyos Walther compartió con nosotros. Sin duda los proyectos que desarrolla dan a nuestro país la esperanza y el empuje necesarios para vislumbrar y luchar por el México que todos queremos.

Si por México, si por un proyecto sustentable y si por el bienestar de la población.

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