Reto: Retener al personal en pandemia
Ante la pandemia por COVID 19, las empresas se han visto en la necesidad de reducir sus costos de operación al mínimo posible, para buscar subsistir o permanecer en el mercado de forma pasiva durante meses de incertidumbre. En este tiempo, se han enfrentado a cierres totales, parciales o la reinvención de los negocios para no perecer.
No se tiene un dato certero en la actualidad del nivel de empresas que han desaparecido o están por desaparecer, sin embargo, son la mayoría las que han implementado medidas de reducción de costos agresivas, algunas para no prescindir de ningún personal en la plantilla, y otras más en la necesidad de recortar colaboradores.
Sin embargo, es una de estas medidas la que debe ser evaluada con sumo cuidado, ya sea que esté por ejecutarse o ya haya sido implementada. La reducción de sueldos.
Aunque parezca una medida que no puede tomarse de acuerdo con la legalidad o la moralidad, son varias las empresas que han debido optar por esta solución ante la incertidumbre. En pocas palabras, han aplicado el concepto de que es mejor sacrificar un poco por todos, a sacrificar mucho por pocos y tener que realizar recortes de personal.
De acuerdo con esto, la intención parece, y es en realidad buena; todos en una empresa podemos apretarnos el cinturón un poco, y de esta forma ayudar a mantener la mayoría, sino es que todas las fuentes de empleo. Pero es justo aquí donde debe realizarse un análisis para considerar lo siguiente.
En ambientes de urgencia o de situaciones extremas como la que vivimos por el COVID 19, medidas de apoyo grupal son las adecuadas para mantener el espíritu o la esencia de la organización, y ayudar a mantener una moral adecuada en los colaboradores. Sin embargo, estas medidas requieren de un ambiente y cultura de trabajo que refuerce la aplicación de los valores de la empresa y que dichos valores sean evidenciables u observables por los colaboradores. Es decir, deben existir acciones de altruismo, apoyo y comprensión antes de la pandemia y en distintas situaciones, por ejemplo: debe haber casos en que se haya apoyado a un colaborador por algún fallecimiento, debe ser evidente el apoyo para mujeres embarazadas y debe existir comprensión ante los eventos inciertos e inesperados que viven los colaboradores.
De cumplirse lo anterior, en una empresa que decida o haya ejecutado la reducción de sueldo de sus colaboradores, surgirá la cooperación, comprensión y apoyo mutuo entre ellos. Afortunadamente, conozco de casos donde algunos colaboradores, principalmente jefes o gerentes, han decidido reducir ellos más su sueldo, con tal de que algún colaborador o un grupo de colaboradores no les sea reducido y así no sufran tanto.
Y esto es una clara muestra de una empresa con una cultura sólida de trabajo enfocada en la gente, el punto crítico de análisis que hagamos en nuestra empresa requiere evaluar si la reducción de sueldo fue aplicada por igual, o en nivel proporcional al sueldo percibido, es decir, aquellos que ganan más, empezando por el director o dueño, son los que más reducción deberían tener, y a medida que se baje en nivel jerárquico, la reducción del sueldo debería ser menor, de esta forma, nos encontraremos con casos en los que la parte más alta de la organización se redujo su sueldo en 50% y los niveles operativos solo se les redujo un 20%.
El mayor detalle y riesgo, es en aquellas empresas que no se ejecutó de esta forma, incluso, donde los gerentes o directivos fueron los menos afectados en proporción. Lamentablemente en el mundo empresarial, hay organizaciones que han reducido sueldos por igual, en el mismo porcentaje o cantidad por persona, incluso aquellas en las que se han eliminado las prestaciones adicionales a las de la ley a todos los colaboradores por igual, pero no se ha eliminado la prestación de vehículos a gerentes, como ejemplo.
En este tipo de empresas en las que los colaboradores perciben un ajuste en cuanto a sueldo o prestaciones injusto, y por justo se refiere a algo proporcional, el estrés y rencor que se está generando es muy alto, y lo anterior puede provocar que haya bajas voluntarias de personal, o que en la primera oportunidad se cambien de empleo sin la posibilidad de formar una persona en el puesto que dejan antes de su salida.
Las emociones negativas en los colaboradores deben ser una prioridad para las empresas, ya la pandemia está provocando que en casa se estén viviendo situaciones de estrés ante lo incierto del futuro sobre la escuela de los hijos, los pagos de renta y por el cambio tan abrupto de pasar a vivir en espacios de pocos metros cuadrados durante varios meses con muy pocas salidas. Si a esto le sumamos que en el trabajo también se enfrentarán a situaciones que percibirán injustas, entonces es muy probable que como una fuga de estas emociones el colaborador boicotee su trabajo, se desempeñe a bajo nivel, incurra en prácticas como robo hormiga o termine dejando la organización a la primera oportunidad.
Es por esto que las empresas deben revisar cómo las medidas de reducción de costos están impactando a sus colaboradores y deben revisar que las medidas implementadas, cumplan con la premisa de poner primer a los líderes. En una organización, ante un evento fortuito, el primero en dar la cara debe ser el líder para respaldar a su gente, los errores del equipo son errores del líder, la posibilidad de verse afectado el equipo debe ser el hecho de que el líder se vea afectado primero.
Solo un verdadero líder que ofrece su vulnerabilidad y se sacrifica en momentos de emergencia puede crear un ambiente de cooperación y apoyo adecuado para superar con éxito momentos como la pandemia que vivimos. Las empresas que no hayan trabajado en su cultura de trabajo o que observen que las medidas ejecutadas para reducir costos pueden ser malinterpretadas, deben emprender acciones para cambiar esta perspectiva en la gente, y de esta manera prevenir que ante un alza en la contratación a partir de la reactivación económica, los colaboradores se vean tentados a buscar un empleo donde se sientan respaldados, comprendidos.
Superar la pandemia no es el único reto que enfrentan las empresas de la actualidad, deberán de pensar también qué se tiene que incrementar los esfuerzos de retención al personal para poder controlar que no haya una baja considerable de colaboradores en el futuro, que implique una curva de aprendizaje muy grande para la organización, y con esto los costos directos y ocultos que implica.
Demostrar una cultura con enfoque hacia las personas no es tarea de unos meses, es algo que debe permanecer en la misión de trabajo de las empresas. La pandemia es una oportunidad para demostrar a nuestros colaboradores que el centro de la organización sigue siendo ellos.