LOS DESAFÍOS DEL NOTARIADO DURANTE LA PANDEMIA COVID-19
CESÁREO SANTAMARÍA MADRID
NOTARÍA PÚBLICA NO. 1, SANTA ANA CHIAUTEMPAN, TLAXCALA.
A más de 500 años del nacimiento del notariado mexicano, delegado a los estudiosos del derecho para su ejercicio de la fe pública en los diferentes estados que enmarcan a nuestro país y al servicio de la sociedad; en la actualidad debido a la nueva modalidad de vida y tras el confinamiento obligado por la pandemia que ha provocado el COVID-19, diversas instituciones locales, nacionales e internacionales, se han visto en la necesidad de reinventarse e incluir todos los medios tecnológicos posibles, generando plataformas digitales que les han permitido seguir realizando su trabajo, otorgando empleo, así como seguir ofreciendo sus servicios al público en general; sin embargo, la efectividad de las funciones esenciales no han sido fáciles por el hecho de que no todas estaban preparadas con la tecnología necesaria para ello y de aquellas que habían desarrollado mecanismos de atención a distancia, modificaron la capacidad de sus servidores computacionales o los trámites a seguir para la atención de sus fines, lo que complicó en suma la atención al sector empresarial o de los particulares, llevando al cese de las inversiones por falta de certeza y seguridad jurídica, rescisiones contractuales de importaciones o exportaciones y en algunos casos a la declaración de quiebra de muchas empresas alrededor del mundo, fenómenos que han provocado que la sociedad en general se vea afectada en su economía familiar, luego de los despidos justificados que tuvieron que suscitar.
El Derecho Notarial se ha tenido que reformar legislativamente al ritmo del crecimiento exponencial de las transacciones comerciales y de los mercados empresariales, lo que ha permitido a los notarios la consecución de su trabajo en nombre del estado, de dar fe de los hechos y actos jurídicos; por lo tanto, este momento tan complejo y con riesgo de ser infectado el Notario con el virus COVID- 19, no puede ser la excepción de una reforma de ley, tomando en cuenta que éste debe estar pendiente del ejercicio de sus funciones so pena de la pérdida de su patente como fedatario. He ahí el reto; el cumplir con su vocación o excusarse por estar en peligro su vida dejando a su notaría inoperante y al igual que otras empresas dejar de prescindir de su trabajo al personal técnico jurídico calificado; el “desafío” es cumplir con la ley notarial a cabalidad consciente de que en éste momento existe un veto mundial, para actuar con toda libertad.
Hay que recordar que la ley notarial en el sistema latino es muy estricta para quienes ejercemos la función Notarial, nos impone un cúmulo de restricciones y obligaciones que delega el estado como ente en quien recae las fe pública y en consecuencia es garante de la seguridad jurídica, en tanto que el Notario únicamente la ejerce independientemente del gobierno o de una entidad paraestatal, ya que si bien actúa por delegación del Estado, no está dentro de su organización administrativa ni burocrática.
El desafío para el Notariado, como ente que por disposición de ley e interés público aglutina necesariamentea todos los Notarios, es lograr aparejarse con los avances tecnológicos, que nos exige la vida actual para el desarrollo de las funciones notariales con base en la procuración profesional, documental, jurídica y autónoma encaminado siempre a la seguridad de las actos y hechos jurídicos conferidos al notario, pero con el respaldo legislativo de que la integridad y salud de notario esté protegida; de ahí la necesidad de una reforma de ley para los tiempos no únicamente de pandemia a nivel mundial, sino también por los fenómenos que puedan ocurrir a futuro en nuestro entorno de vida; si bien algunos de los actos o hechos de los que debe dar cuenta, ya están regulados en las leyes aplicables al caso concreto, otras se encuentran totalmente desfasadas de la realidad legislativa, por lo que debemos revisar con toda minuciosidad qué cuerpos legislativos merecen ser reformados a luz de la realidad actual y dar impulso para que esto suceda.
De nada nos sirve que las distintas disposiciones en materia notarial de corte latino establezcan medidas a través de mecanismos para la creación del instrumento electrónico, el apéndice de la misma naturaleza, el uso de la firma electrónica avanzada y el sello digitalizado, así como el poder albergar en nuestras notarías como obligación las actas constitutivas y en su momento transmitirlas electrónicamente, si no existe la posibilidad y disposición legal en algunas de las leyes de aplicación en la materia que nos permitan llevarlo a cabo; en otros casos hemos tenido que lidiar con el otorgamiento de testamentos de aquellas personas que se encuentran enfermas de COVID-19 y que todavía pueden manifestar su última voluntad por signos inequívocos corriendo el riesgo del contagio personal o de aquellos que forman parte integral de la plantilla de nuestras notarías.
El Colegio Nacional de Notarios de México nos ha invitado a reforzar nuestro esfuerzo al cumplimiento de la ley, atendiendo a la ciudadanía en general, lo que nos ha obligado a la capacitación sanitaria, tecnológica, adquirir módulos de sanitización y proveer equipos de seguridad e higiene a nuestro personal y particularmente atender los tramites que se hacían físicamente en forma remota y digital lo que ha generado un costo adicional no previsto y en repetidas ocasiones prolongado, como para todas las empresas e instituciones de manera global que estamos viviendo esta nueva modalidad en nuestras vidas cotidianas; es importante mencionar que el notario es el que autentica, es el que da certeza, es el encargado de dar seguridad jurídica en nombre del estado, es el que certifica, es el que da fe de todos los actos y hechos entre los particulares y certeza jurídica de los mismos; la ley notarial exige nuestra presencia en todos aquellos eventos en que se requiera, por tanto la vocación del notario debe ser de orden público e interés social y particularmente con amor a su ejercicio.
