Eduardo Duran Velázquez

Enfrentando grandes retos, se instala en Alabama, USA, donde imprime su sello profesional creando una novedosa marca de pinturas. Su vida diaria está influenciada por el deporte que tanta pasión le genera y que le ha dejado grandes aprendizajes, dentro y fuera de la cancha.

  “En el lugar donde nací, en ese tiempo, no se practicaba otro deporte que no fuera el fútbol”. Por eso, para Eduardo Durán Velázquez, jugar fútbol en el patio, en la calle o en la escuela, se volvió la única práctica infantil, que lo haría ilusionarse para más tarde, tomar la decisión de ser un apasionado jugador profesional. 

“Cuando jugaba, me apasionaba cada vez más y quería ser mejor; entonces veía mucho fútbol y aprendía mucho de los juegos que, combinados con el ejercicio, mejoraban los resultados”.

Aunque buscaba la oportunidad por diferentes medios, la respuesta constante era, no.

Pero finalmente, una ocasión se presentó y logró estar, no en el nivel deseado, dado que no dependía de él, pero sí pudo disfrutar el jugar fútbol de forma profesional, de cierta manera como se lo propuso.

Grandes retos se presentaron una vez que su paso por el fútbol profesional fue fugaz y contrario a sus deseos, pues debía de hacerle frente a las necesidades prioritarias que le demandaban, y en busca de mejores oportunidades, llegó a los Estados Unidos de América.

Una vez ahí, y sin escoger dónde ni en qué trabajar, el destino y su capacidad de emprender, le dieron la oportunidad de trabajar en el ámbito de la pintura comercial, con un particular interés personal, y nos comenta que, con dedicación y urgente menester aprendió todo lo necesario.

“Trabajé cinco años para diferentes compañías, así que después de conocer los procesos de producción y calidad, junto con mi familia, tomo la decisión de trabajar por mi cuenta, consolidando mi propia compañía “The best Painting”, fundada en Alabama USA”. 

En su mente estuvo la idea de haber tomado una decisión fuera de lugar, pues el país estaba en recesión; la escasez de trabajo y la situación económica eran factores preocupantes para todos. “Pasaron dos duros años para poder tener una estabilidad regular de trabajo; tuve que tocar muchas puertas, repartiendo tarjetas, anunciándonos en clasificados de diferentes medios, etcétera.

Por fortuna, las cosas fueron cambiando para bien. Ahora veo que, esas dificultades fueron parte del crecimiento de la misma compañía y que me dejaron un gran aprendizaje”.

El esfuerzo permanente, la calidad que busca la excelencia son el distintivo que caracteriza a “The best Painting”, y la ha posicionado como una de las mejores entre sus clientes, siempre en aumento.

Aún sigue jugando fútbol, ya que cómo deporte, lo mantiene disciplinado, activo y preparado, pero sobre todo, viviendo esa pasión que genera el hacer contacto con el balón; ahora siendo padre de dos pequeños, disfruta en familia de entrenamientos que desarrollan en sus hijos cualidades y habilidades, que son las bases de cualquier sueño deportivo.

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