El “día cero” y nuestro derecho al vital líquido

Por: Alejandro Ortega García


Desde el año pasado, el organismo de CONAGUA ha venido efectuando y anunciando reducciones al sistema de agua de la Ciudad de México y el Estado de México. Especialistas hablan de una gran sequía y de la aproximación del “día cero” e inclusive, el Presidente ha tenido que salir a hablar del tema en su Mañanera, diciendo que solucionará el problema trayendo agua de Hidalgo.

La realidad es que más del 25% del agua que se consume en la capital de nuestro país viene del sistema Cutzamala; esta es una red de cuerpos de agua que se origina en el Estado de Michoacán, donde se encuentran las presas Tuxpan y El Bosque, y se extiende hacia el Estado de México, donde hallamos las presas de Ixtapan del Oro, Villa Victoria, Valle de Bravo, Chilesco y Colorines.

Las sequías han afectado gravemente estos cuerpos, pero la realidad de la sequía y la falta de abasto en la capital se reduce en su mayor parte a negligencia criminal de las autoridades durante muchos años.

Más del 40% del vital líquido se desperdicia en fugas de tuberías que no han sido atendidas durante décadas, además de que no se tienen recolectores de lluvia, ya que, en la Ciudad de México, llueve un promedio anual de 126 mil litros de agua por cada 100 m2.

Es decir que, si la Ciudad hubiera reparado las fugas de agua o hubiera realizado inversiones de captación fluvial de lluvia, ahora no estaríamos enfrentando este problema. 

El “día cero” lo mencionó el Exdirector de la Conagua, José Luis Luege, (quien se opuso a construir el aeropuerto en el Lago de Texcoco por las afectaciones que tendría en la recaudación de agua de la Ciudad de México). Él menciona que será junio del 2024 la fecha en que la Ciudad de México tendrá graves problemas de abastecimiento de agua.

El problema, considerando los recortes de agua que ya sufrimos todos los capitalinos y las zonas conurbadas es grave, y el gobierno esta incumpliendo disposiciones normativas como son:

“Artículo 27. La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares…

En consecuencia, se dictarán las medidas necesarias para ordenar los asentamientos humanos y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas y bosques, a efecto de ejecutar obras públicas y de planear y regular la fundación, conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población” (énfasis añadido).

El artículo 27 de la Constitución protege nuestro derecho al agua, y muestra las omisiones que han tenido nuestros gobernantes por décadas.

 Aunque tenemos varios cuerpos de agua que podríamos usar como lo son: Laguna de Tecocomulco, Ejidos de Xochimilco, Presa Manuel Ávila Camacho, Ciénegas de Lerma y Presa de Atlangatepec, etc., la mayoría de estas están usadas al máximo de su capacidad, sin que violemos el Tratado Internacional RAMSAR (sobre humedales).

El presidente ha propuesto usar el acuífero en la zona del Mezquital y en los límites de Hidalgo con el Estado de México, el cual por lo que se reporta, será insuficiente para cubrir las necesidades de la capital.

La solución que también mencionó el presidente, sería reparar las afectaciones hidráulicas de la Ciudad, y lo que no mencionó (por el gasto que conlleva) es lograr captaciones fluviales, para que en lugar de que la lluvia se vaya al drenaje, esta regrese al subsuelo y de ahí nuevamente a la Ciudad.

Ante esta situación, no he visto que se empiecen a realizar las obras que dijo el presidente sobre la reparación de fugas en zonas urbanas. El vital líquido es necesario y la sociedad tiene dos problemas que acarrea esta situación: la primera y más grave es la escasez del líquido, necesario para nuestra supervivencia y la segunda, los socavones que esto puede seguir produciendo.

Para evitar los socavones se necesitan recaudadores fluviales que el gobierno realice al fin de restaurar los mantos friáticos que se encuentran bajo la mayoría de los pies de los capitalinos.

El problema del agua, desde mi humilde trinchera, será realizar un sistema de captación de agua fluvial en mi morada, a fin de prepárame para la sequía que viene, ya que del lado de los próximos gobernantes, los podemos resumir de la siguiente forma: 

Sheinbaum: en su cargo como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, no tomó las medidas necesarias para quitar el problema de la escasez del agua y ni siquiera para mitigarlo.

Xóchitl: Propone agravar el problema llevando a cabo la construcción del Aeropuerto de Texcoco.

Y los candidatos a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México: los dos proponen reparación de fugas urbanas, así como las candidatas presidenciables; ojalá se lleve a cabo, aunque para ese momento, ya va a estar sobre nosotros el “día cero” y honestamente (y viendo el actuar negligente durante décadas de las autoridades, dudo que se lleven a cabo) ojalá me equivoque.

Estimado lector, le recomiendo que usted vaya realizando obras de captación fluvial en su casa, a fin de ayudarse y ayudar al prójimo, obteniendo una nueva fuente del líquido que no dependa del gobierno ni gaste sus recursos. Todavía estamos a tiempo para prepararnos y como diría Scott Belsky: “No se trata de tener ideas, sino de hacerlas realidad”. 

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