Se aprueba la ley de Amnistía ¿Necesaria o Peligrosa?
Hoy México vive la peor experiencia de gobierno en muchos años, ante un Presidente falto de ideas, necio, desviado totalmente de la realidad, poniendo atención a otros temas fuera de contexto, justo cuando México necesita más de un líder, de un estadista, de un visionario, capaz de dar soluciones a problemas reales sin intereses clientelares o populistas, un líder que gobierne y deje de seguir en campaña. Abril se torna como el mes negro del año y quizá del sexenio, en medio de una pandemia no controlada con eficiencia, basada en datos irreales; con inversiones millonarias a proyectos no sostenibles como la refinería de dos bocas y la inyección reciente de 65 MMDP a un PEMEX quebrado, quien enfrenta la caída del precio del petróleo nunca vista, esto, gracias a la participación errónea de la que quizá sea la peor Secretaria de Energía; y si esto fuera poco, en medio de la peor pandemia, el gobierno federal adjudicó al Grupo Salinas un contrato multimillonario para un servicio que en este momento se encuentra en receso por la crisis
Con todo lo anterior pareciera que no nos puede ir más mal, la Cámara de Diputados el pasado miércoles, hizo lo propio, al aprobar la nueva Ley con 285 votos, así mismo, la Cámara de Senadores, la cual, según la Constitución Política, se compone de 128 Senadores, sesionó temas de gran relevancia este 20 de abril, temas que por supuesto no están enfocados a resolver los problemas urgentes del país, como el suministro de equipo médico a los hospitales, o la fijación de estrategias de apoyo a la población civil o las empresas; ¡NO!, su debate se enfocó a dictaminar la Ley de Amnistía, la cual fue aprobada por 63 votos y solo 12 en contra, es decir, 75 Senadores presentes de 128, de los cuales 53 se encontraban cumpliendo la cuarentena.
Con la nueva Ley de Amnistía, el Consejo de la Judicatura Federal, deberá nombrar en un plazo de 60 días, a los Jueces especializados que revisarán los casos de los cuales se pretende otorgar el perdón a los responsables de su comisión; técnicamente, esto obedece a la “política de perdón” del Ejecutivo Federal que tanto mencionó en campaña, la cual, además de otorgar el perdón a delincuentes, también consiste en no proceder jurídicamente contra ningún político corrupto del sexenio pasado.
¿Qué es la amnistía? “es un instrumento jurídico del Poder Legislativo, que tiene por efecto, la posibilidad de impedir en un periodo de tiempo el enjuiciamiento penal y, en algunos casos, las acciones civiles contra ciertas personas o categorías de personas con respecto a una conducta criminal específica, cometida antes de la aprobación de la amnistía; o bien, la anulación retrospectiva de la responsabilidad jurídica anteriormente determinada”.
Paradójicamente, esta nueva Ley es aprobada un día después de registrarse el día más violento en México con 125 homicidios dolosos, la mayoría de estos, producto del crimen organizado, más aún, los datos son alarmantes, del primero de enero al 31 de marzo se registraron 7313 homicidios dolosos, teniendo un incremento del 3.6% con respecto al mismo trimestre en 2019; datos que el 4 de abril, el Presidente de México, optimista y con datos que solo él conoce, indicó que los homicidios dolosos estaban bajando, información que al día de hoy podemos decir que es falsa.
Por otra parte, la nueva Ley contempla no solo liberar a personas del fuero común, también obtendrán su libertad aquellas personas procesadas por el fuero federal, específicamente por delitos contra la salud, tales como la portación de droga, robo simple y sin violencia ni armas de fuego, aborto, presos políticos e indígenas que no hayan tenido un juicio justo por falta de interprete, este último el más rescatable de la Ley.
Esta ley precisa algunas condiciones para otorgar la amnistía, que sea la primera sentencia del inculpado y que esta se encuentre en firme; qué dentro de la comisión del delito, no se hayan cometido delitos de secuestro o de privado de la vida o contra la integridad personal, y que no se hayan utilizado armas de fuego.
Con la Ley de amnistía, saldrán a la calle 2 mil presos del fuero federal y 17 mil del fuero común, esto sin contar que el Presidente pretende replicar la Ley en todo el país, por lo que debe quedar claro que este es el primer ejercicio de 32.
Esta Ley como muchos de los proyectos del gobierno federal, arranca sin las bases y un plan efectivo que garantice a las víctimas del delito, su integridad física con la salida de su victimario; esta ley tampoco garantiza la reinserción de la persona encarcelada a la sociedad y que esta sea aceptada, pero, sobre todo, que garantice su pronta adaptación al nuevo entorno, por otra parte, hasta el momento no se ha indicado, si los candidatos a recibir su libertad han pasado por pruebas psicológicas que demuestren que no existen tendencias de riesgo que los haga reincidir en conductas delictivas o conductas antisociales, en algunos casos identificar su disminución de violencia, hipersensibilidad, impulsividad, trastornos de ánimo, así como, problemas de atención, la baja de la inteligencia , entre otras, que pudieran poner en peligro a la sociedad o él mismo.
Otro aspecto importante, recordemos que la calidad de Ciudadano la establece la Constitución Política y es un requisito importante tener una actividad lícita; esto es, las personas que alcance su libertad d acuerdo a esta Ley, deberían contar con una fuente de trabajo que garantice una forma de vida legal a estos ciudadanos, lo cual el gobierno no ha anunciado ni definido y de nuevo toma decisiones precipitadas y equivocadas.
Las preguntas son ¿este era el momento oportuno para dar paso a esta Ley de Amnistía? ¿realmente la sociedad está preparada para recibir y convivir con personas que han acabado de cumplir una sentencia? ¿el Estado cuenta con los recursos técnicos, humanos, de seguridad, legales y materiales que garanticen la efectividad del programa?
Las respuestas las tendremos en breve, es posible en mi opinión, que este programa no fallará por su esencia, fallará por su forma y modelo.