La Valuación como Método de calcular más Valor a la Empresa
Por: Miguel Magallón
Está claro que la mayoría de los empresarios no utilizan y no saben cómo utilizar la valuación en sus empresas. Muchos de ellos han estado expuestos a avalúos de sus propiedades, los cuales hacen constantemente para satisfacer a algún requisito del banco, pero no están obligados a hacer valuaciones de sus empresas, además de no entender el poder de las valuaciones en la determinación de estrategias.
Como todos pueden saber, la valuación de empresas sirve primeramente para tener una idea del valor de una empresa. Y digo tener una idea, ya que el valor real de la empresa es el que tenga en el mercado, ya que es la oferta y la demanda la que deben dominar el valor de esta. Es obvio que, a menos que el dueño de la empresa tenga que vender, por cualquier motivo, el mismo tendría siempre la opción de mantener la empresa, ya que el precio que le ofrecen por la misma no es el apropiado y aquí es donde entra la valuación, ya que, si la misma no existiera, el dueño de la empresa se valdría solo de su instinto para “establecer” el precio al que desea vender.
La valuación le da mucha información al dueño de la empresa. Muchas veces he visto como un empresario piensa que su empresa vale una cantidad, mientras que la valuación debe calcular su realidad – la cual puede ser más alta o baja. Pero esta realidad tiene evidencia científica, está basada en una fórmula, en un método, en una evidencia histórica y en un proceso de proyección de cifras, y sobre todo debe reflejar la verdad.
¿Cómo se refleja la verdad? La inmensa mayoría de las veces, las empresas de un solo dueño o de algunos pocos dueños reflejan gastos personales que se le imputan a la empresa. Estos gastos personales deben ser sacados de la operación, para poder calcular mejor el flujo de caja de la operación (es decir, abres un renglón de gastos personales, después de calcularlos cuidadosamente, para agregarlos al flujo de la empresa que se utilizara para la valuación).
Por otro lado, en los salarios, muchas veces nos encontramos con empresas que no tienen gerente general o algún tipo de gerente necesario para su operación, y que su gasto está subestimado, pero, en cualquier caso, los gastos deben reflejar el valor correcto de estos ejecutivos. Y también contamos con gastos que se contabilizan para aprovechar ventajas fiscales, pero que no son de la operación, los cuales también hay que añadirlos al flujo de cálculo de la valuación.
También es necesario sincerar los estados financieros que tengan empresas subsidiarias o relacionadas, y que no tengan nada que ver con la operación de la empresa, por un lado, o que no se deseen vender en el proceso. Aquí se necesita separar completamente las cuentas que estén involucradas, y tratar de mantenerlas como empresas totalmente independientes, sin ningún tipo de relación. Y cuando las empresas van a dejar de funcionar, y no van a ser capaces de repagar su deuda, entonces la misma debe ser enviada a pérdida.
Hay que tener claro para que se necesita una valuación:
- Para vender o comprar una empresa
- Para determinar el valor adicional que brinda una determinada estrategia
- Para calcular el valor de una marca, línea de productos o producto o servicio
- Para resolver disputas entre herederos, esposos en divorcio o sociedades que se desintegran
Necesitan un detalle completo de la operación de la empresa, es decir, no solo la contabilidad, sino los detalles de esta, para donde va la operación, se necesita también un análisis económico de la industria en donde se encuentra la empresa y la economía del país donde está, detalle de la planilla, de los contratos de la empresa, etc. Y una vez obtenida toda la data necesaria, es imprescindible hacer un due diligence para cerciorarse que todo está en orden y que no se deja ningún tema por fuera de la valuación.
Para una empresa MIPYMES la valuación es sumamente necesaria, aun cuando no tenga que ser tan profunda como para una gran empresa. La idea es que el dueño siempre sepa el valor de su empresa en todo momento, y que esto le sirva para tomar decisiones.
Recuerde que una empresa debe crecer su valor constantemente, y si no, hay que tomar las medidas necesarias para que esto suceda, o para salir de ella antes que pierda más valor. Adicionalmente, nadie se debe enamorar de su empresa como para no estar dispuesto a venderla en caso de que llegue la oferta apropiada.
Cuando son valuaciones donde hay antagonismos entre las partes, el vendedor tratará de elevar el valor de la empresa lo más posible y el comprador intentará de hacer todo lo contrario. Recuerde que las ofertas tienen que ser lo suficientemente correctas, ya que, si no, la misma le puede reventar en la cara con una contraoferta, donde el vendedor se pueda convertir en comprador o viceversa.
En estos casos en particular, es mejor contratar a un valuador independiente que trabaje como árbitro, ya que sino, el proceso se podría convertir en una guerra innecesaria. Con el valuador árbitro se ahorra en tiempo y dinero, así como en una pelea que puede tornarse en algo muy feo.
También debemos tener en cuenta que una valuación es un valor de referencia, pero que el valor de esta, lo dará el mercado por medio de la oferta y la demanda. Pero en empresas privadas, es decir, empresas que no están listadas en ninguna bolsa de valores, el tema de la oferta y la demanda no funciona tan eficientemente, por la falta de información pública, y la revelación de información entre las partes.
Todas las empresas deben hacer una valuación profunda por lo menos cada 5 años, y hacer una revisión de esta todo los años para validar el valor que le dan sus acciones a la operación de esta. De esta manera, pueden estar preparados para cualquier eventualidad que requiera una valuación de la empresa o para valorar cualquier tipo de estrategia que se esté llevando a cabo en el año. Si va a vender o comprar una empresa, recuerde que lo mejor es contratar un experto que represente sus intereses de la mejor forma posible, dándole información necesaria para que la transacción se pueda cerrar de la mejor manera.