LA TIRANIA Y EL TOTALITARISMO EN UNA “GUÍA ÉTICA”

El artículo 89 Constitucional establece de manera clara las facultades del jefe del ejecutivo tal es el caso de: la promulgación de las leyes emanadas del Congreso de la Unión, nombrar y remover libremente a los Secretarios de Estado, hacer diversos nombramientos de funcionarios con la aprobación del Senado, entre otras funciones más. Sin embargo, en ninguna de las veinte fracciones del citado artículo se faculta al Presidente a ser el representante moral del país y que esta actividad esté respaldada por la iglesia, en dicho caso, la evangelista; la separación del Estado de la Iglesia quedó debidamente estipulada en las Leyes de Reforma entre otros decretos como la Ley del Matrimonio, la Ley Orgánica del Registro Civil, la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos (1859); y la Ley de Libertad de Culto (1860); todas escritas durante el gobierno de Benito Juárez, siendo éste el fundador del estado laico, poniendo fin a la intervención de la iglesia en los cementerios y a la asistencia oficial a ceremonias religiosas. Por otra parte, la iglesia católica dejó de ser la única en el territorio mexicano; siendo todo lo anterior uno de los legados del Benemérito de las Américas, ello irrisorio y contrario a las políticas de quién dice ser su más ferviente admirador.

 

El pasado 26 de noviembre, el jefe del ejecutivo presentó el documento intitulado “Guía Ética para la Transformación de México”, el cual consta de 20 normas éticas, descritos en 34 páginas; que, a mi criterio confirma el tipo de gobierno que encabeza el presidente orientado al autoritarismo y al totalitarismo ya conocido por la población. La narrativa del documento se puede dividir en dos partes; la primera con enfoque histórico, donde se establece que México vivió sus años maravillosos hasta los ochentas plasmando un país de gran abundancia, riqueza, transparencia, libertad, honestidad y desarrollo, un país de grandes líderes a la cabeza del gobierno hasta la llegada del neoliberalismo con el gobierno de Miguel de la Madrid; segundo, a partir de esta década todo lo bueno del país no solo se echó a perder, se pudrió, el país cayó en decadencia en todas las áreas la económica, la financiera, la productiva, la extractiva, la social, pero sobre todo la política y la administración pública; según la Guía Ética, este negro pasaje quedó en el pasado, ya que a partir de la llegada de la 4T y del Presidente López sanará el país, por ello, el documento citado establece que debemos regresar al “Estado Ético” que se vivía antes de Miguel de la Madrid.

 

En consecuencia, todos los conservadores por necesidad son corruptos y solo podrán ser virtuosos, iluminados y aceptados por el actual gobierno los que se alineen o estén en comunión con la 4T; según el apartado 10 de la Guía Ética, la redención, solo se puede lograr a través del arrepentimiento que implica el reconocimiento de la culpabilidad, también menciona que, las actitudes incorrectas deben ser objeto de castigo severo; las dudas son: ¿Quién es culpable y de qué? ¿Quién juzga qué es bueno y qué es malo? ¿Quiénes son y quiénes no son sujetos de culpa?

La realidad es que este documento es fundamentalista en términos éticos e históricos, ambos establecen una serie de peligros; primero, no olvidar que el gobierno está separado de la iglesia, el perdón divino, si acaso corresponde a ella y el perdón jurídico a las leyes. Dicho de otro modo, al presidente no le corresponde otorgar el perdón o redimir a las personas de sus pecados, es un atributo que si bien es cierto le pertenece a “Dios” o en su caso a la sociedad civil más no al Estado o su representante; segundo, el uso maquillado de buenas ideas con un discurso puritano radical, reduciendo toda la magnificencia cultural de México a un simple código ético, utilizando además mensajes muy sutiles de odio, ya que divide a la población entre conservadores corruptos enemigos del gobierno y seguidores del Presidente y su 4T. Lo anterior nos regresa a la dualidad de malos y buenos, por lo tanto unos son los condenados, los que no merecen nada, mucho menos el perdón y otros, los redimidos, los que se han purificado a manos de “el salvador de la 4T” bajo un discurso autoritario cada vez más peligroso, sobre todo cuando todas las mañanas el inquilino del Palacio Nacional sale a practicar la venganza, a dividir al país con sus mensajes de resentimiento y no solo eso, a mentir, marginar y condenar a todos los que piensan diferente a él, ya lo dijo una vez, “los que no están con el cambio, no están conmigo” y con ello, todos los que no estén con su código de ética, son adversarios, conservadores y enemigos del gobierno.

En su numeral nueve “El perdón”, establece que “Quien perdona se deshace del rencor, de la sed de venganza e incluso del odio y puede de esa forma superar la ofensa y seguir adelante. Pide perdón si actuaste mal y otórgalo si fuiste víctima de maltrato, agresión, abuso o violencia, que así permitirás la liberación de la culpa de quien te ofendió”; sugiriendo perdonar a los victimarios que nos han causado dolor directa o indirectamente con sus actos, minimizando un delito a solo ser un error de conducta y que tiene la capacidad de enmendar el daño causado con una disculpa, daño que puede ser la pérdida de un ser querido o la violación de una hija o una hermana.

 

En su numeral once, “De la Igualdad” establece que “Al contrario de lo que pregona el pensamiento conservador, la desigualdad no es un hecho natural ni parte de un orden divino. Quien nace pobre no debe estar condenado a morir pobre. La desigualdad en cualquier terreno es producto de la injusticia y genera sufrimiento. El lema “Primero los pobres” no significa otorgar a éstos un privilegio en detrimento de quienes no se encuentran en situación de pobreza sino atenuar las desventajas”, a mi criterio es uno de los postulados más hipócritas de la Guía Ética, en la actualidad la población que más ha sufrido los embates y mentiras de la 4T, son los pobres, incluso al grado de recibir el insulto de que “a los pobres se les debe alimentar como a animalitos”, dicho por el mismo jefe del ejecutivo en una de sus mañaneras; el gobierno actual no pretende eliminar la pobreza, al contrario, trata de incrementarla, no perdamos de vista las próximas elecciones del  2021; la realidad es que es urgente crear políticas públicas de desarrollo económico que permita generar empleos y no políticas clientelares.

 

En su numeral catorce “De las Leyes y la Justicia”, solo basta con leer su segundo párrafo para comprender que las leyes no se aplicarán de forma igual porque “Las leyes son imperfectas por naturaleza y deben adecuarse constantemente a las realidades humanas y sociales, que son siempre cambiantes. Así, se presenta la situación de que las leyes injustas deben ser modificadas. Lucha con la palabra, con la organización social y con los recursos legales para modificar las leyes que no sean justas”. Este gobierno ha demostrado su falta de calidad moral, ética y jurídica, sobre todo para la aplicación de las leyes a todos los servidores públicos que se han servido con la cuchara grande y que han sido protagonistas de escándalos de asignación de contratos irregulares, de operaciones fraudulentas, de compras de casas sin poder demostrar el origen de los recursos económicos para su adquisición; la realidad es que la Guía Ética no es para la observancia de todos.

 

Como ya lo mencioné, es importante separar la ética religiosa de la ética política, el gobierno actual debe hablar solo de ética política, sin embargo, es un terreno en el que no se quiere meter, ya que si algo equivocado está ocurriendo en México, es la mala administración pública del país, las interminables malas decisiones a la falta de profesionalismo y experiencia de los servidores públicos, quienes además le deben solo rendir sumisión, sino, lealtad incondicional al presidente, dejando de lado toda Ley Orgánica y descripción de puesto.

 

Ocho millones de copias será el primer tiraje de la Guía Ética, un documento que no requiere de su impresión física, el dinero que se invertirá en esta tarea puede servir para brindar quimioterapia a muchos niños con cáncer, para comprar medicamentos o en su caso, adquirir pruebas para detectar el COVID.

 

Finalmente, la Guía Ética guarda una gran mentira muy peligrosa ya que esta indica que todos los problemas del país se resolverán si todos nos portamos bien, si todos nos alineamos a los veinte postulados y con ello, todos los problemas se resolverán. Así, de la misma forma que ocurrió el primero de diciembre del dos mil dieciocho, cuando los operarios del crimen organizado dejarían las armas para tomar las palas y los tractores; y si esto no ocurre, entonces se es corrupto, se es un adversario y por tanto si le va mal, es por su culpa, porque no se ajustó a la Guía; recordemos las palabras sabias del hoy presidente, “nos podemos curar del COVID si no mentimos y no robamos, porque esto es la fuerza moral”.

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