La planeación no solo debe ser estratégica, sino también táctica y operativa

Por: Marco Antonio Hernández López


La palabra “planear” resuena con la idea de trazar un mapa, diseñar un camino hacia el éxito. Según la Real Academia Española, la palabra Planear significa:  Trazar o formar el plan de una obra.  

La planeación en el ámbito organizacional y empresarial puede definirse como un proceso de anticipación para asignación de recursos (personas, bienes, dinero y tiempo) para el logro de fines determinados. Es la capacidad de seleccionar, entre varias alternativas, la que resulte más conveniente.  Es decir, la planeación es una etapa de toma de decisiones fundamentales para poder trazar el camino deseado hacia los objetivos de la organización. Una fórmula para saber si una planeación es eficaz, es si se alcanzaron las metas y se obtuvieron mayores beneficios que sus costos en el proceso. 

Para esta parte, quiero que imagines que tú diriges una torre de control en un aeropuerto: no solo debes tener una visión clara de tu tablero de control, códigos o pantallas, sino también saber cómo guiar a cada piloto y asegurarte que despegue y aterrice bien. Así es la planeación en cualquier tipo de organización: no se trata de presionar botones o estar atento de una pantalla, sino de coordinar cada movimiento a nivel: estratégico, táctico y operativo.

Tipos de planeación:

Muchas organizaciones se centran en una planeación estratégica en tres frentes:  a) Corto plazo (3 meses); b) Mediano plazo (6 meses); c) Largo plazo (1 año). Es importante mencionar que los tiempos que se presentan anteriormente, son a modo de ejemplo, estos van a depender del tipo o tamaño de organización. Por lo tanto, no hay regla universal para determinar los años o meses de duración en los distintos plazos.

Cualquier tipo de organización, al momento de hacer la planeación estratégica, debe incluir la planeación táctica y operativa. Para poder generar dicha planeación es importante conocer las diferencias entre estratégica, táctica y operativa, porque cada una de ellas responde a preguntas diferentes que propician al acercamiento de cumplimiento de metas y objetivos. 

Para entender la diferencia entre una planeación estratégica, táctica y operativa, quiero que juguemos con la siguiente idea: 

  1. Planeación Estratégica:

Imagina que eres el director general de una aerolínea y estás planificando a un año la expansión de tus operaciones hacia nuevos destinos y te surgen las siguientes preguntas: ¿Volar a ciudades turísticas populares para aumentar el volumen de pasajeros o a áreas con poca competencia para establecer tu marca? 

La planeación estratégica sería decidir qué rutas abrir y por qué razones. Aquí es donde defines el “qué y el para qué” de tus operaciones aéreas. Si notamos es una planeación a largo plazo y la toma de decisiones es a nivel directivo, por lo que requiere establecer objetivos y metas claras, realistas, medibles y alcanzables.

  1. Planeación Táctica: 

Como director general, ya has definido tu planeación estratégica, es hora de la planeación táctica para llevar a cabo tus objetos y metas. Esto implica decidir con más miembros del consejo directivo y su personal cómo asignarán los recursos disponibles (aviones y tripulaciones) para maximizar los beneficios y minimizar los costos bajo las siguientes preguntas: ¿Debemos utilizar aviones de gran capacidad en rutas de alta demanda o aviones más pequeños en destinos menos concurridos? 

La planeación táctica responde al “cómo” de tus operaciones. Es decir, cómo vas a ejecutar tu estrategia para lograr tus objetivos y metas.  ¿Notaste que la toma de decisiones se lleva a cabo con las diferentes áreas que dependen a nivel directivo y que tomaron en cuenta los recursos de la organización? La planeación táctica es conducida o ejecutada por los ejecutivos de nivel medio de la organización. Debe concentrarse en lo que debe hacerse en el mediano plazo, bajo los parámetros principales efectividad y eficiencia.

  1. Planeación Operativa:

¡Felicidades! Para este punto, ya se realizó la planeación estratégica y táctica. Llegaste al momento de cómo van a ser las operaciones diarias, que son la ejecución misma de tus planes. Aquí es donde tu equipo de vuelo se prepara para despegar y llevar a los pasajeros a los nuevos destinos. Es decir, “Manos a la obra”. Aquí es donde pasamos a la acción: en este nivel, es donde te enfrentas a situaciones en tiempo real, como cambios de clima, problemas técnicos y ajustes de todo tipo. Debes tomar decisiones sobre la marcha para mantener el progreso hacia tus objetivos estratégicos.

La planeación operativa consiste en actividades muy detalladas que deben ejecutar los últimos niveles jerárquicos de la organización, por lo general, determina las actividades que debe desarrollar mandos medios. Los planes operativos son a corto plazo y se refieren a cada una de las unidades en que se divide un área de nivel medio de la organización. La planificación operativa demanda una aplicación de recursos que sea eficiente y efectiva para la solución de los retos que se presenten.

En concreto, la diferencia de cada tipo de planeación es que la planeación estratégica se ocupa del “qué y para qué”, la táctica del “cómo” y la operativa de la “acción”.

Cada tipo de planeación es fundamental para el éxito de una organización, porque sin una estrategia clara, las tácticas no tienen dirección; y sin tácticas eficientes y efectivas, las operaciones carecen de propósito y metas. Por lo tanto, la planeación no solo deber ser estratégica, sino también táctica y operativa.

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