La empresa familiar como punta de lanza para la recuperación económica
Por: Raúl Villarreal Álvarez
La situación actual, como consecuencia de la pandemia, ha afectado a muchas economías a nivel mundial y por ende a las empresas. Desafortunadamente México fue de los pocos países donde no existieron apoyos o programas para las empresas por parte del Gobierno. El resultado, conforme datos de INEGI, es más de 1 millón de empresas que tuvieron que cerrar.
Comúnmente vemos en la enseñanza de las finanzas corporativas y sus principales libros de texto, que se asumen las condiciones de mercado y se toman ejemplos de países con sistemas financieros muy grandes, con alta certidumbre, y bastante eficientes gracias al libre flujo de información. En ellos participan inversionistas privados e instituciones con abundantes recursos, altas tasas de participación en los índices y bolsas, así como alto impacto en el resto de los mercados globales. Ejemplo de ellos son los principales mercados bursátiles del planeta como las bolsas de Londres, Nueva York, Frankfurt, Tokio o Singapur.
Sin embargo, un gran número de países, particularmente en economías emergentes, estas condiciones son menos que ̈perfectas ̈. En ellos, no queda claro que una estrategia inversora de maximización del valor presente vía mercado de capitales sea la mejor idea.
Por eso en México, los empresarios enfrentamos un entorno económico muy distinto, es por ello que las empresas familiares cobran mayor relevancia en nuestras economías. Los empresarios tenemos que operar nuestras empresas en contextos con alta incertidumbre, pero además alto riesgo, leyes y normas muy cambiantes.
En México el 83% de las empresas son familiares y generan el 67% de los empleos en el país, contribuyendo así en un 60% del PIB nacional. La gran mayoría de estas empresas no logran sobrevivir a la segunda o tercera generación, y suelen llegar hasta donde el fundador las lleva. Según la Family Business Network, alrededor del 95% de los negocios familiares no sobreviven la tercera generación.
Pero existen buenas noticias. Las empresas que aplican mejores prácticas de gobierno corporativo tienen una tasa de crecimiento del 30% superior a las que no lo hacen. Tenemos la evidencia. Como regla general, la implementación de un gobierno corporativo incrementa el tamaño y las ganancias de las empresas familiares, sobreviven por más generaciones, y además son las que logran ofertas públicas iniciales exitosas incorporándose a los mercados de capitales nacionales e internacionales.
En México el 100% de las 20 empresas mexicanas de mayor tamaño son empresas familiares. Y el 95% de ellas son manejadas por grupos de familias. Ellas son poseedoras de las marcas más presentes en nuestros supermercados, spots de televisión, y son retratadas en la cultura popular en general. Son el tema de incontables telenovelas, películas, y series de entretenimiento. Forman parte del folclore, la comedia, y la nueva cultura digital.
No solo eso. Tampoco podemos hablar de responsabilidad social, filantropía, y la educación sin reconocer el rol central de la empresa familiar. Mediante su acción, las empresas familiares que operan en mercados libres con participación voluntaria fortalecen la cooperación social, promueven la paz, la resolución de conflictos, y crean riqueza. Aportan a sus comunidades vía empleo, la provisión de bienes, de servicios, capacitación y desarrollo de capital humano, donativos, programas de educación, y filantropía en general.
La implementación de un Gobierno Corporativo en una Empresa Familiar, que logre su sustentabilidad y longevidad le asegura a la sociedad que aquellos grupos más exitosos, eficiente e innovadores permanezcan en el tiempo entregando los bienes y servicios que necesitamos, pagando mejores salarios, generando los mayores recursos y tomando las mejores decisiones de inversión a largo plazo que beneficie el mayor número de personas posible.
En nuestra visión, la permanencia de esas mejores empresas gracias a un sano Gobierno Corporativo es de gran interés para el futuro de la sociedad. En el largo plazo, son aquellas que tras su éxito y crecimiento, se incorporarán a los mercados de bolsa, se convertirán en grandes multinacionales, y serán punta de lanza del desarrollo que tanto anhelamos. Por ello es tan importante su permanencia y el entendimiento del Gobierno en funciones, sin la empresa y los empresarios no existe generación de riqueza y por ende pago de impuestos.