JORGE ARMANDO NAZAR ARTEAGA

El estudio del Derecho fue mi aspiración profesional, pero al ejercerlo encontré vocación de vida y dimensioné su utilidad social. A partir de esta reflexión, interpreto a la Ley más allá de un conjunto de reglas o principios que se ajustan con el tiempo, o que tienen relevancia acorde con los vaivenes políticos, administrativos, legislativos o judiciales. La Ley es la razón humana que busca identificar y proyectar lo que nos es valioso, lo que nos distingue como especie capaz de organizarse con objetivos precisos; el principal de ellos, la conservación como especie; en armonía con aquello nos fue dado, pero de lo que no somos dueños, a manera de ejemplo, los seres vivos no humanos, la naturaleza… el/la otro/a.

Soy un abogado que transitó (doce años) por distintos espacios del servicio público, ese en donde no hay reconocimiento, sino satisfacción, la que surge del deber cumplido, la que se atesora en la protección de quienes no pueden hacerlo por sí mismos/as; o incluso de quienes pudiendo hacerlo, requieren acompañamiento para descubrir que las personas pueden tener un rostro distinto al de la violencia, la intolerancia o la discriminación.

En la abogacía privada los valores son los mismos, pero el escenario cambia. El primer y único objetivo es la satisfacción del cliente, defender exitosamente su causa es el elemento principal de la estrategia, sin la cual, nadie podría decirse seriamente preparado para una batalla que no desea librar, pero que, si hay que hacerlo, debe ganarla.

Dirigir un despacho en consolidación me ha permitido forjar una filosofía en la que, nuestros casos de éxito, las “aristocracias” vencidas, la imagen, incluso la autoconfianza, te abren la puerta; sin embargo, las habilidades y capacidades para ser empático con tu cliente, para respetarlo y defenderlo, son las razones que lo mantienen contigo.  

En la abogacía privada no gana el que sabe más o el que más experiencia tiene, sino el que comprende mejor el juego. 

Así pues, con una trayectoria de Ministerio Público en la Procuraduría de Justicia de Hidalgo; el Centro de Justicia para Mujeres de la misma entidad federativa, el Congreso local hidalguense, la Cámara Federal de Diputados y la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, he desarrollado proyectos normativos que van desde la triada municipal, hasta disposiciones constitucionales locales. Soy un abogado que previene conflictos jurídicos a mis clientes y al mismo tiempo, he articulado defensas exitosas administrativas, electorales y penales respecto de presidentes/as y otros integrantes de Ayuntamientos, municipios y personas servidoras públicas de los diferentes órdenes de gobierno. 

Con una carrera en crecimiento y en la lucha por mi lugar en un ambiente tan competitivo como es la abogacía, el ejercicio honorable de esta profesión, acorde con los cánones expuestos, son mi elemento de valor, son mi constitución profesional.