Impacto del estímulo fiscal estadounidense en la economía mexicana
Por: Germán Reyna Herrero
“El paquete de estímulos fiscales por 1.9 billones de dólares, promovido por el presidente de Estados Unidos de América, John Biden, podría incrementar hasta en un 5 por ciento la tasa de crecimiento económico en ese país; sin embargo, no será suficiente para observar un crecimiento elevado en el nuestro.”
“El paquete de estímulos fiscales por 1.9 billones de dólares, promovido por el presidente de Estados Unidos de América, John Biden, podría incrementar hasta en un 5 por ciento la tasa de crecimiento económico en ese país; sin embargo, no será suficiente para observar un crecimiento elevado en el nuestro.”
Lo anterior porque, el monto propuesto por Biden falta ser negociado y aprobado por el Congreso estadounidense. Así mismo, los datos han demostrado que un mayor crecimiento en EEUU no significa un crecimiento en México de forma inmediata.
En realidad, no se podrá percibir para la primera mitad del año en términos de actividad económica. Así mismo, no será suficiente para contrarrestar el decrecimiento del consumo, el cual podrá fortalecerse hasta que se reduzca de forma considerable la tasa de contagios y en específico, no compensará la debilidad en la inversión que existía desde antes de la pandemia, sobre todo por la incertidumbre generada por las medidas de política económica.
“BBVA ha indicado que el pronóstico de crecimiento para 2021 corresponde a un 3.2 por ciento, contra el 3.7 que se había pronosticado el año anterior, esto a causa de que el consumo decreció a partir de noviembre, cuando se aceleraron los contagios”, situación que se recrudeció más durante la mitad de diciembre. Además, el proceso de vacunación en México avanzará lentamente, actualmente el país está ubicado en los últimos lugares entre los países que han comenzado a promover la inoculación de su población, aspecto que aún mantiene en reserva una reactivación económica total.
Los analistas consideran que aun cuando se conciba un escenario positivo para México, la recuperación económica, a pesar del estímulo fiscal estadounidense, será gradual e incompleta. El 29 de enero el Banco de México dio a conocer que el PIB a precios constantes en el cuarto trimestre de 2020 fue de -8.6 por ciento, lo que representa una de las caídas más representativas en 85 años al acumular pérdidas por 1.5 billones de pesos, siendo sectores como el del comercio y el de la construcción de los más afectados.
México no vivía una situación parecida desde inicios de la década de 2000. En 2001, la economía de México se contrajo 0.4 por ciento, y en 2002 cayó 0.03 por ciento. Este tipo de circunstancias también se vivieron años antes, en 1982 y 1983, años en que el PIB disminuyó hasta el -0.01 y -4.36 por ciento respectivamente.
La caída en la economía actual puede comprenderse a través de las variaciones en el crecimiento de la economía respecto al trimestre anterior, tal y como lo indica el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en la siguiente tabla:
“BBVA ha indicado que el pronóstico de crecimiento para 2021 corresponde a un 3.2 por ciento, contra el 3.7 que se había pronosticado el año anterior, esto a causa de que el consumo decreció a partir de noviembre, cuando se aceleraron los contagios”
De esta forma, los analistas estiman que sería necesario crecer hasta un 10 por ciento para alcanzar el mismo nivel que se tenía en 2018, aunque es importante enfatizar que en 2019 hubo una contracción. En este sentido la previsión reside en que el nivel del PIB que México tenía hace casi tres años, se podrá nuevamente tener hasta 2023.
Así mismo, es importante considerar las condiciones en las que se establecerá la relación económica entre México y Estados Unidos. Y es que el gobierno de John Biden influirá en la agenda bilateral de ambos países. Si bien se ha considerado que esta agenda ha quedado definida en el T-MEC, todavía es incierto el grado de flexibilidad que el gobierno actual de Estados Unidos mostrará con relación a las disposiciones comerciales, laborales y ambientales que han sido suscritas en el tratado.
En este punto, uno de los temas que debe recibir mayor atención por parte de México es la flexibilidad en cuanto a la aplicación de las regulaciones para el cumplimiento de las reglas de origen en la industria automotriz. De las diferencias que existen entre el TLCAN y el T-MEC residen en las reglas automotrices, las cuales incluyen un incremento gradual en el contenido de valor regional, reglas actualizadas para los vehículos de tecnología avanzada y nuevas reglas sobre el contenido de valor laboral.
“Así mismo, es necesario enfatizar que Biden busca que Estados Unidos se convierta en un gran exportador de tecnologías de energías renovables y con esto pueda contribuir a enfrentar los grandes desafíos globales en materia de cambio climático y contaminación.”
De esta forma, México cuenta con un periodo de tres y siete años para cumplir con las nuevas reglas que regirán el contenido de valor regional, como es el caso de la industria automotriz, en específico para vehículos ligeros y pesados. En este sentido, los porcentajes de contenido regional mínimo se irán incrementando de forma gradual hasta alcanzar porcentajes del 75 por ciento, que regirá a partir del 1 de julio de 2023; y del 70 por ciento que iniciará a partir del 1 de julio de 2027.
Por esta razón, BBVA Research indica que una mayor flexibilidad por parte de la nueva administración estadounidense en la aplicación de estas nuevas regulaciones permitirá que continúe la producción eficiente de la industria automotriz en la región de Norteamérica, su competitividad global y mejores precios a los consumidores de productos automotrices. Otro de los temas económicos importantes de esta nueva agenda económica bilateral se desprende de las nuevas disposiciones laborales contenidas en el T-MEC. Entre estas destacan, el nuevo mecanismo laboral de respuesta rápida, la eliminación de que el incumplimiento de la disposición tenga que ser recurrente y la carga de prueba que ahora recae sobre la parte acusada
Así mismo, el nuevo mecanismo laboral busca solucionar la negación a derechos laborales como la libre asociación y la negociación colectiva por parte de una entidad privada en un sitio de trabajo. A través de un panel se determina si a los trabajadores les están siendo negados sus derechos laborales, no si un gobierno rompió alguna disposición laboral del acuerdo. Además, la eliminación de la recurrencia del incumplimiento baja el umbral para demostrar que ha habido una infracción por violencia, amenazas e intimidación laboral. En cuanto a la carga de prueba, la parte acusada es quien tendrá que demostrar que las aludidas violaciones laborales no están afectando de alguna manera el comercio y la inversión.
Las nuevas disposiciones laborales conllevarían grandes demandas laborales en contra de empresas operando en México. El activismo de la administración de Biden con relación a castigar el incumplimiento de estas nuevas disposiciones será un punto esencial en la agenda económica bilateral entre Estados Unidos y México.
Por otra parte el plan de Biden sobre una revolución de energías limpias y justicia ambiental, integra un fortalecimiento en colaboración con países de América en materia de iniciativas de mitigación de cambio climático y energías renovables. Así, la estrategia en este tema contempla los siguientes aspectos:
● Un marco para limitar la emisión de gases de efecto invernadero en las actividades agropecuarias.
● Nuevos estándares comunes para el reverdecimiento de la manufactura, la minería y el turismo.
● Grandes inversiones en tecnologías de energías limpias.
“Así mismo, es necesario enfatizar que Biden busca que Estados Unidos se convierta en un gran exportador de tecnologías de energías renovables y con esto pueda contribuir a enfrentar los grandes desafíos globales en materia de cambio climático y contaminación.”
El Acuerdo de Cooperación Ambiental suscrito en el T-MEC busca apoyar el crecimiento verde y el desarrollo sustentable, mediante entre otras cosas, la promoción de la eficiencia energética y de recursos, incluyendo las fuentes alternativas y renovables de energía. De ahí que, la intención de promover el liderazgo de Estados Unidos en acciones de mitigación de cambio climático provoque que el gobierno de Biden requiera un cumplimiento estricto de este acuerdo ambientalista en la región de Norteamérica.
Situación que, es de considerarse pues a últimas fechas, las energías renovables variables en México han estado sujetas a una política energética no amigable por parte del gobierno actual. Entre estas acciones se incluyen la cancelación de la cuarta ronda de subastas de electricidad de largo plazo, la modificación de certificados de energías limpias, cambios a los derechos de conexión a la red de transmisión y mayores tarifas en esta red. Si bien la implementación de varias de estas políticas se encuentra suspendida por órdenes judiciales, el clima de incertidumbre regulatoria, lo cual definitivamente afectará inversiones futuras en este tipo de energías.
De esta forma, el panorama del impacto del estímulo fiscal propuesto por Biden y las condiciones en las que inicia su gobierno con relación a México, se configura de alguna manera incierto y sin grandes oportunidades de un crecimiento económico exponencial para nuestro país.
No obstante, la dinámica comercial y económica sigue, y desde la empresa, el negocio particular o la actividad económica independiente es necesario prevenir y generar estrategias que nos permitan continuar y mantener nuestro patrimonio a través del Check-up fiscal, que hemos desarrollado en ARH Consultores, para enfrentar estos tiempos de cambio.