Héctor Anaya Rodríguez

Son grandes satisfacciones las que le ha dado el fútbol en todos los aspectos de la
vida que, devolverle a través de una noble institución educativa, como Anrod School, es
mantener vivos los valores que ese apasionante deporte regala, en los corazones de la
niñez y juventud.

Con detallada narrativa, que nos ubica en cada etapa de su vida, Don Héctor Anaya nos describe cómo, desde su temprana edad, a los siete años, el fútbol fue el deporte por el que tuvo preferencia, cuando forjó el hábito de jugarlo con la disciplina que requiere, brindándole muchas satisfacciones y grandes éxitos.

Consciente del futuro anhelado, Héctor Anaya, formó parte de la selección universitaria, sin abandonar su carrera de contador público, llevando ambas por buen camino. Innumerables anécdotas, rostros de compañeros y amigos, gente del medio, son
parte de esa época recordada con sabor nostálgico por Don Héctor Anaya, que marca la decisión de retirarse del fútbol soccer, para continuar con otra etapa, el fútbol rápido.

Con un terreno disponible y con toda la modernidad implementada, construye la cancha de fútbol rápido de la Universidad de Orizaba, trayendo jugadores extranjeros de muy buen nivel, para conformar un equipo de “Naciones Unidas”, que logró reunir una veintena de estrellas, competir en muchos campeonatos, nacionales e internacionales, sin olvidar los torneos de barrios.

Actualmente, su escuela de futbol femenil, está teniendo un gran éxito al ser manejada con una gran visión. En cuanto a sus actividades como empresario, se puede percibir que todo se ha conjugado en su vida: “Todas las actividades en las que
hemos incursionado, nos han involucrado en un mundo empresarial muy bonito, pero que ha implicado sacrificio”, comenta orgulloso. Sin embargo, la creación del Colegio Anrod School, es para nuestro entrevistado, una gran satisfacción: “Es un negocio muy gratifican te, proporcionar educación de alto nivel; otro motivo por el cual debo agradecer al fútbol, habérmelo dado. Justamente ahí, en ese terreno, se encontraba instalada la cancha de fútbol”.

Con profundidad en sus palabras, nos brinda finalmente este consejo para la juventud actual: “Toda persona debe de decidir una vez en su vida, si se lanza a triunfar arriesgándolo todo, o se sienta a ver el paso de los triunfadores; para mí, la disciplina es la base de todo en la vida. Aparentemente es difícil de implementarla, como todo hábito; no es cierto, es lo más fácil del mundo, si uno hace suya la disciplina, la disciplina se vuelve parte de uno”

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