La fotografía deja marcado un instante no solo en el tiempo, sino sobre todo, en la memoria de una persona, es por ello que me apasiona.
Disfruto saber que años después de algún evento puedes volver a ese lugar, teletransportarte a través de una fotografía.
Es un momento único en el que, a pesar de sentir que tu mente lo había borrado, mágicamente regresas a él como un viaje en el tiempo.
Llevo diez años tomando fotografías de distintos estilos, un poco menos enfocada en eventos deportivos y en este rubro, el golf me atrapó y yo a él a través de la lente. La conjunción entre el campo, la naturaleza y el ambiente es liberador, totalmente diferente estar en un set fotográfico, encerrada entre cuatro paredes.
Después de la pandemia, el salir y convivir con deportistas en un ambiente natural, siempre al aire libre, me ha hecho apreciar más cada momento y querer capturarlo. Aunque sé que el trabajo no termina ahí. El click en la cámara es solo el inicio de una aventura que continúa en la producción y que, aunque muchos no saben, influye muchísimo en la entrega final de una fotografía.
La edición puede dar el toque perfecto a ese resultado final que, bien trabajado, puede ser una obra maestra.