ENTRE CAMPOS DE EXTERMINIO, MADRES BUSCADORAS Y TAUROMAQUIA

Por: José Luis Arenas López.

Los últimos años han sido cruciales para México: la inacción, la opacidad, pero sobre todo la fallida política de “abrazos y no balazos”, han dejado una herencia que ha marcado al país, lo seguirá marcando y nos tendrá en el ojo del huracán.

El reporte más reciente de la Comisión Nacional de Búsqueda, adscrita de la Secretaría de Gobernación, menciona que en México hay 123 mil 808 personas desaparecidas y no localizadas, cifra que aumentó principalmente durante el sexenio de AMLO, acumulando la aparatosa cifra de 53,000 personas desaparecidas. La permisibilidad del Estado y hasta una supuesta relación con el crimen organizado, según las acusaciones de Trump, han dejado una herencia roja que sin lugar a dudas ha teñido al país en un sufrimiento permanente. Además, es ilógico pensar que un gobierno que prefería los abrazos y no las detenciones, acumulara más de 201 mil homicidios dolosos, peor aún, que el gobierno actual tenga continuidad a una política fallida.

La inacción del Estado es obvia, por demás cruel, resulta impensable que una Comisión a nivel nacional, que en teoría cuenta con toda una infraestructura, recursos humanos, técnicos, financieros y materiales no logre generar una nota decente que justifique su existencia y costo.

Las denominadas “Madres Buscadoras” día con día reportan hallazgos macabros de fosas clandestinas que esconden restos humanos de decenas de personas. Por ejemplo, en enero de 2024, en dos días encontraron 30 fosas clandestinas en Sonora con no menos de 50 víctimas. El 31 de enero de este año hallaron 35 fosas clandestinas, lo anterior con sus propios recursos, los cuales se pueden considerar mínimos, contrario a su determinación impulsada por una enorme desesperación de localizar a sus familiares. El hallazgo más macabro fue el hallado por el colectivo Guerrero Buscadores en Jalisco, en un campo de entrenamiento y crematorio clandestino en Teuchitlán, donde según testigos, fueron asesinadas más de mil 500 personas; a este lugar se le ha denominado “Campo de Exterminio”. Restos humanos y huesos calcinados son parte el hallazgo. Días más tarde, otro contingente de Madres Buscadoras localizó 14 fosas en Tamaulipas, identificando restos humanos calcinados, con indicios de “violencia extrema”, en un terreno ubicado a orillas de una carretera que conduce a Monterrey, capital del estado de Nuevo León. Situación que el vocero de Tamaulipas minimizó la violencia y aseguró desconocer el caso La Bartolina, asegurando que en su entidad no existen los centros de exterminio y se lanzó contras las madres buscadoras, además de escudar su incapacidad indicando que: “los desaparecidos son del pasado”, es decir, que es culpa de Calderón. Quizás es posible que no identifica que el sexenio de Calderón concluyó en 2012, luego entonces, si los restos hallados son del pasado inmediato, es decir, del gobierno de AMLO.

México vive un mar de sangre; no hay un solo rincón en el país que no reporte signos de violencia. Son muchas muertes humanas; eran personas con familia, padres, cónyuges, hijos, hermanos y de pronto, cuando menos se espera, el Estado emite una propuesta, no para erradicar el problema, más bien para generar un distractor que aminore la atención a temas realmente relevantes y reales. 

La CDMX se prepara para presentar en el pleno la reforma de ley que regule las corridas de toros. La tauromaquia es un arte que nació en España en el siglo XI con la celebración de festejos taurinos en Ávila y en Zamora en el siglo XIII. Su forma más conocida es la corrida de toros, cuya expresión más clara nació en el siglo XVIII. En México tiene sus raíces en el siglo XVI; desde entonces, ha evolucionado en un arte altamente ritualizado, con muchos seguidores y críticos. Con el tiempo, esta práctica se fusionó con las tradiciones y festividades locales, convirtiéndose en un elemento distintivo de la cultura mexicana.  

La propuesta va en evitar la violencia en las plazas, sin embargo, el Estado debería estar preocupado en evitar la violencia y el descontrol en los homicidios dolosos en el país y no en el ruedo. Lo cierto es que el primer día del actual gobierno se llevaron a cabo 262 homicidios dolosos y en los meses transcurridos, se han acumulado 10,257 más; en resumen, 75 homicidios dolosos diarios.

La fiesta brava es una tradición, los homicidios dolosos son un delito, los esfuerzos del poder legislativo de todas las bancadas deberían ocuparse en crear leyes que garanticen la paz social y curarse de espanto por la sangre derramada en la fiesta brava. La muerte de un toro es relevante y la pregunta es, ¿cuándo la muerte de un toro es superior a la muerte de más de 200 mil mexicanos?

En rueda de prensa, la jefa de gobierno de la CDMX indicó: “es nuestra determinación, en congruencia con los principios constitucionales y con nuestro deber ético… (sic)” exigiendo además el trato digno a los animales. Sin duda, un discurso clientelar en el que los argumentos son pequeñitos contra la realidad del país. 

La congruencia constitucional radicaría en hacer efectivo el estado de excepción, especificado en el párrafo primero del artículo 29 de la CPEUM; en su caso, garantizar lo previsto en el Art. 1 p. 1 de la Constitución, que establece el gozo de los derechos humanos, en lo referido en el p. 3 del mismo artículo, que a la letra dice: “Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos… (sic)”; o en definitiva, lo previsto en su p. 4 que prohíbe la esclavitud en nuestro país. Congruencia es un calificativo que ha dejado de existir en nuestro país.

El deber ético es una acción que refiere hacer lo correcto dentro del desempeño de nuestras funciones profesionales, es la obligatoriedad de conducirse con decencia; atribuye un sentido de obligación hacia un orden moral y legal; comparando el periodo de octubre a diciembre de 2024, con el mismo lapso de 2023, se observa un incremento del 5% en las víctimas de asesinatos. En el primer periodo fueron 225, y en el segundo, la cifra subió a 237. En enero de 2025, Brugada refirió la cifra de 56 homicidios, sin embargo, en un gráfico presentado por la titular del Secretariado Ejecutivo en la conferencia mañanera de Claudia Sheinbaum, en enero de 2025 en la capital se contabilizaron 63 asesinatos: eso es 10.5% más que los registrados en enero de 2024.

Diría un expresidente: “pura palabrería”, “pura politequería”. Lo cierto es que las Madres Buscadoras han dado más resultados que todas las autoridades juntas; el conteo creciente de homicidios dolosos en aumento y la creación de nuevas leyes solo resultan ser distractores que no resuelven nada del interés general, poniendo por encima el clientelismo y el desinterés en los problemas reales.

Urge recuperar las calles, urge recuperar los barrios y las colonias, urge recuperar los Municipios y las Alcaldías, urge recuperar las Entidades Federativa y la CDMX, urge recuperar la paz social y el Estado de Derecho, urge la conciencia social.

1 Comment

  • José Luis Huerta Bonilla
    2 semanas ago Reply

    Espléndida columna, con datos reales y sobre todo con conocimiento de causa! Muchas felicidades

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