El efecto dominó de la imposición de los aranceles en México

Por: Sergio Alberto Morales Zaldívar

En las recientes semanas, con la llegada de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el país ha estado bajo una constante amenaza y de la que se ha hablado en prácticamente todos los medios de comunicación, tanto digitales como medios tradicionales: La imposición de los aranceles por parte de Estados Unidos a México.

La amenaza de imponer por parte del gobierno de Estados Unidos a las importaciones provenientes de México el 25 %, se fundamenta en varias razones, como el combate al tráfico de fentanilo, la seguridad fronteriza, la política migratoria y el enfoque a proteger a la industria estadounidense, son algunas de las razones principales por las que Estados Unidos defiende su postura de dicha imposición arancelaria. Y es que, para Estados Unidos, tanto Canadá como México no han colaborado en conjunto con la nación estadounidense para combatir el tráfico de fentanilo como la inseguridad que hay en las fronteras, y que aunque pareciese, un juego personal de parte del presidente de EUA, la economía se ha tornado en una serie de altibajos que podemos comprobar con la inestabilidad en el tipo de cambio, en las remesas y en la inflación de los primeros meses del año en curso.

Para tener un panorama mucho más completo y adecuado, es importante mencionar cuáles son las industrias o sectores que se verían afectados en mayor o menor escala:

Agroindustria

  • Cerveza: México es uno de los principales exportadores de cerveza a Estados Unidos, por lo que los aranceles aumentarían el precio de la cerveza mexicana, lo que afectaría la demanda.
  • Tomate: El tomate es uno de los productos agrícolas más exportados a Estados Unidos, por lo que se podría dimensionar el impacto negativo en los productores mexicanos y en toda la cadena de distribución.
  • Aguacate: Este fruto, del que se sabe que es ampliamente consumido en Estados Unidos, vería incrementado su precio debido a los aranceles, lo que podría afectar su competitividad. ​
  • Frutos rojos: Productos como fresas, frambuesas y arándanos, que tienen una alta demanda en Estados Unidos.
  • Tequila y mezcal: Estas bebidas alcohólicas tradicionales de México podrían enfrentar una disminución en sus ventas debido al aumento de precios resultante de los aranceles.

Sector Automotriz

  • Automóviles y partes: México exporta una cantidad significativa de vehículos y componentes automotrices al mercado americano, por lo que al igual que los productos de la industria agrícola, los aranceles aumentarían el costo de estos productos, reduciendo su competitividad en el mercado estadounidense y afectando a las empresas nacionales.

Manufactura

  • Piezas y accesorios de vehículos de motor: Estos productos, que constituyen una parte importante de las exportaciones mexicanas, serían afectados por los aranceles, impactando a la industria manufacturera.

Es importante destacar que, aunque algunos productos están protegidos por el Tratado de Libre Comercio (T-MEC), alrededor del 50% de las exportaciones mexicanas podrían no cumplir con las reglas de origen estipuladas en el tratado, y, por lo tanto, estar sujetas a los aranceles.

¿Cuál es el impacto de una imposición arancelaria para México?

Por la cercanía entre países y las relaciones diplomáticas y comerciales que han existido en los últimos años, ninguna persona podría poner en duda que Estados Unidos es uno de los mejores socios que tiene la economía mexicana; tan solo el 80% de las exportaciones nacionales van directamente al mercado americano, por lo que una imposición arancelaria provocaría un “efecto dominó” en varias industrias, en la economía mexicana y en todos los niveles de gobierno.

Más a detalle se podría analizar cuál sería el impacto el Producto Interno Bruto del país, y de acuerdo con La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se prevé que, de implementarse estos aranceles, la economía mexicana experimentaría una contracción del 1.3% en 2025 y una disminución adicional del 0.6% en 2026.

Según el Banco de México, el PIB de México en 2024 fue de aproximadamente 1.3 billones de dólares, por lo que, una contracción del 1.3% en 2025 representaría una pérdida de alrededor de 16,900 millones de dólares. Si la tendencia continúa con una disminución del 0.6% en 2026, se sumarían pérdidas adicionales por aproximadamente 7,800 millones de dólares. En total, las pérdidas acumuladas en estos dos años podrían ascender a cerca de 24,700 millones de dólares.​

Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima que por cada incremento del 10% en los aranceles estadounidenses, el PIB de México podría reducirse entre un 0.2% y un 0.4%. Aplicando esta estimación, un arancel del 25% podría resultar en una disminución del PIB de entre 0.5% y 1% en 2025.

Ahora bien, no solamente el impacto se vería reflejado en el PIB, también en otros indicadores económicos como el tipo de cambio, que de acuerdo con Forbes México, se anticiparía una depreciación del peso, con estimaciones que lo situarían en 24.50 MXN/USD; además del golpe inflacionario que se proyecta en 5.2% en 2025, superando por mucho el 3% que estableció el Banco de México y por supuesto, del daño a la inversión extranjera directa, que ante la incertidumbre y la volatilidad de los mercados se vería disuadida la inversión extranjera en el país. Antes de esto, ya se había mostrado frágil con todo el tema de la Reforma Judicial, tal es el caso de los planes de BYD, fabricante chino de autos eléctricos, que dentro de sus planes está el construir una planta en México y que, ante esta situación de riesgo arancelario, los planes están en suspenso y que es importante destacar, que este proyecto había prometido más de 10,000 empleos y una producción anual de 150,000 vehículos.

El país está ante una situación sumamente compleja porque el sector laboral, específicamente el automotriz, sería uno de los más afectados, que pone en riesgo los cerca de 100,000 millones de dólares y los 900,000 empleos generados en el 2024, en donde el impacto podría verse reflejado en mayor escala en las regiones del norte y el Bajío mexicano, donde se concentra gran parte de esta industria y que ante todo lo anterior, las pérdidas fiscales vendrían de la mano, contrayendo negativamente la recaudación del gobierno mexicano, limitando aún más la capacidad de brindar seguridad, financiar obra pública y proyectos para el bienestar colectivo.

Como conclusión, el gobierno mexicano tiene la consigna de negociar y mejorar las condiciones solicitadas e impuestas por las autoridades norteamericanas, con el fin de sostener los acuerdos ya establecidos en el Tratado de Libre Comercio, y que, a su vez, el Gobierno de México en conjunto con las empresas puedan crear mejores condiciones para todas las industrias para así, tener un mejor ecosistema de exportaciones y aminorar la dependencia hacia los Estados Unidos.

Nadie podría negar que, en estos momentos, México está al borde una crisis económica sin precedentes, y que hay una urgencia de tener mejores prácticas en materia de exportación y un mejor desempeño por parte de las autoridades, ya que esta situación no se resolverá con marchas populares o con campañas mediáticas para criticar o juzgar a otros gobiernos.

Históricamente, México se ha caracterizado por ser un país exportador de muchos productos de diversas industrias por la calidad, la mano de obra y porque en su momento, existía un ecosistema adecuado para el libre comercio nacional e internacional.

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