Corrupción en las aduanas, el monstruo de mil cabezas que ha señalado el presidente de la República, ¿Qué avances hay?

Entrevista con el Presidente de CAAAREM, A.A. Luis Ernesto Rodríguez Gil

La importancia de una aduana sana que combate con todos sus recursos a la ilegalidad y que promueve la facilitación comercial es invaluable y estratégica para la competitividad y la seguridad de cualquier país.

La Organización Mundial de Aduanas hace notar esto a los gobiernos de los países miembros. Les dice que “la Aduana, es considerada un termómetro confiable de medición, de cómo la sociedad percibe la integridad y la calidad del gobierno en su conjunto”, es decir, la aduana, en términos de percepción, engloba a toda la administración pública. Si el ciudadano percibe que la aduana es corrupta, para él todo el gobierno en su conjunto lo es.

La Declaración de Arusha de la misma OMA, concerniente al buen gobierno y a la ética en las aduanas, describe muy bien el impacto que tiene la corrupción al limitar considerablemente la capacidad de las aduanas para cumplir de forma efectiva su misión.

Los efectos adversos de la corrupción que destaca son:

1) La reducción en la seguridad nacional y en la protección de la comunidad

2) Fraude fiscal y pérdida de ingresos

3) Reducción de las inversiones extranjeras

4) Incremento de costos que finalmente son asumidos por la comunidad

5) El mantenimiento de barreras al comercio internacional y al crecimiento económico

6) Una reducción en la confianza del público con relación a las instituciones gubernamentales

7) La disminución del nivel de confianza y cooperación entre las administraciones aduaneras y otros organismos gubernamentales

8) Reducción del nivel de cumplimiento voluntario de las leyes y reglamentos aduaneros

9) El debilitamiento de la moral y del espíritu de trabajo de todos los que estamos ligados a las aduanas.

Como vemos, todos son puntos neurálgicos del sistema aduanero mexicano. De ahí que combatir las malas prácticas aduaneras como el contrabando, el fraude fiscal o la corrupción deba ser siempre una prioridad para cualquier gobierno en el mundo.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador es el primer Presidente en México que habla de corrupción en el sistema aduanero y lo señala como un problema urgente que su gobierno debe combatir y resolver. De ahí la publicación del pasado decreto que da vida a la Agencia Nacional de Aduanas de México que tendrá más facultades para combatir realmente estas malas prácticas.

Cabe señalar que no nos enfrentamos a la corrupción de un sistema, sino de personas que aún no han entendido el gran cáncer que esto significa para México. A estos actores se les puede combatir hoy con el correcto uso de la información, con la tecnología y con todo el peso de la Ley, justo lo que está haciendo el gobierno federal a través del Administrador General de Aduanas, Horacio Duarte Olivares.

Antes de la gran reforma aduanera de principios de los años 90, las cajas para cobrar impuestos y otros derechos aduaneros se encontraban dentro de las aduanas, que dicho sea de paso, eran verdaderas fortalezas con un complejo sistema para el ingreso y la salida de mercancías, lo que las convertía en el paraíso de las propinas. Había una gran discrecionalidad y la Ley era muy opaca.

El elemento central del proceso de despacho, parecía diseñado para la extorsión.  Consistía en catorce mesas por las que hacían un recorrido el pedimento y otros documentos. Los funcionarios de la aduana tenían un poder absoluto, mucho más allá de la Ley. En pocas palabras, la ley eran ellos. 

Y en cuanto a las sanciones, en caso de descubrir un cargamento distinto al declarado, ya fuera en cantidad o naturaleza, solamente se cobraban los impuestos faltantes y nada más. De manera que lo peor que le podía pasar a un contrabandista que quería falsear la información, era pagar lo que sería su obligación desde un inicio.

Para eliminar todo esto, los Agentes Aduanales colaboramos con la autoridad hacendaria para ponerle fin a la discrecionalidad. Se introdujo entonces la selección aleatoria para revisar la mercancía. Se eliminan las cajas de las aduanas y se deja el cobro de impuestos y derechos a los bancos, comienza el uso de tecnología para revisar la información a nivel central, quitándole facultades a los funcionarios en la aduana y muchas más acciones que permitieron operar el Tratado de Libre Comercio con América del Norte. No podíamos entrar a una competencia global de primer mundo con unas aduanas de tercer mundo.

Hoy las áreas vulnerables son otras, casi siempre presionadas por la delincuencia organizada, por ello también la importancia de la estrategia del Presidente de la República de incluir a las fuerzas armadas en esta tarea de trabajar en las aduanas.

Ahora que menciona a los Agentes Aduanales, ¿Cómo colaboran en el combate a la corrupción en las aduanas o cuál es su papel?

Con gran orgullo podemos decir que CAAAREM es el primer organismo del país en certificarse bajo la norma ISO 37001, conocida coloquialmente como la norma antisoborno y anticorrupción, estableciendo en Confederación una cultura de integridad, transparencia y honestidad que minimizan los riesgos de corrupción de los Agentes Aduanales confederados.

Nuestro siguiente paso es llevar esta certificación a todos los colegas del país, junto con la renovación del Código de Ética y Conducta del Agente Aduanal y una propuesta para fortalecer la figura del Operador Económico Autorizado incluyéndose elementos anticorrupción.

En México, pocos actores son tan vigilados y fiscalizados como los Agentes Aduanales. Cuando el Agente Aduanal no cumple con requisitos, obligaciones fiscales o aduaneras, o comete infracciones o delitos, se hace acreedor a distintas sanciones:

Somos responsables solidarios del pago de impuestos al comercio exterior y demás contribuciones y cuotas compensatorias derivadas de la importación y exportación.

Estamos sujetos a la inhabilitación, suspensión, cancelación y extinción de la Patente.

Y por supuesto tenemos posibles sanciones de carácter penal.

Todas nuestras cuentas están fiscalizadas y prácticamente no damos un paso sin que lo sepan ustedes en la AGA y en el SAT.

Nos tomamos muy en serio nuestra responsabilidad para con México en todo lo relacionado con las malas prácticas aduaneras. El tema de la transparencia es trascendental para el comercio exterior.

Nosotros, los Agentes Aduanales estamos para coadyuvar con el Estado y ser garantes del cumplimiento normativo en materia de comercio exterior y aduanas. Históricamente hemos participado en el combate a la corrupción, al fraude aduanero y al contrabando. Ejemplos como el pago electrónico centralizado, el desarrollo conjunto de sistemas tecnológicos como el CADEPA, el SAAI, herramientas como el pre validador o el SAORS, avalan este conjunto de esfuerzos que sin duda pusieron fin a la corrupción sistémica en aduanas.

CAAAREM y los Agentes Aduanales hemos establecido una política de cero tolerancia al contrabando, al fraude aduanero y a la corrupción. Somos los principales aliados de las autoridades aduaneras y en ese sentido como lo mencioné ya, hemos desarrollado diferentes programas e implementado el uso de la tecnología para frenar cualquier intento de corrupción. Todo esto lo trabajamos en las distintas mesas del combate a la ilegalidad donde participan los sectores productivos del país, porque está demostrado a nivel internacional y así lo pide la OMA, que deben participar en esto todos los eslabones de la cadena de suministro para terminar con la corrupción.

Mencionó  el tema de la Agencia Nacional de Aduanas de México, ¿En qué o cómo ayudará a la estrategia de combate a la corrupción?

El decreto del Presidente dota a esta nueva agencia de autonomía técnica, operativa, administrativa y de gestión, dándole el carácter de autoridad fiscal y aduanera, así como facultades para emitir resoluciones en el ámbito de su competencia. Con ello, las aduanas del país dejan de depender del Sistema de Administración Tributaria y quedan ahora como un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Con ello, el Ejecutivo Federal redimensiona el valor de las aduanas en el país, dándoles por objeto, además de organizar y dirigir los servicios aduanales y de inspección, las facultades para el cobro de contribuciones y aprovechamientos de operaciones de comercio exterior.

El fin es terminar con la corrupción y al mismo tiempo devolverle a las aduanas su sentido primario y estratégico de impulsora de los objetivos nacionales de desarrollo económico, fiscal y social a través del comercio exterior, controlando el movimiento de mercancías, medios de transporte y personas que cruzan las fronteras, garantizando el cumplimiento de las normas internacionales, acuerdos comerciales y recopilación de estadísticas precisas del comercio; y contribuyendo al combate de las prácticas desleales, fraude aduanero, contrabando, piratería y delincuencia organizada.

En CAAAREM vemos conveniente que a través del decreto publicado, se fortalezca la seguridad nacional, principalmente en los puntos de acceso al país, así como contratar personal que haya destacado como garante de transparencia, honestidad y servicio al pueblo de México, como es el caso de quienes han pertenecido a la marina o al ejército.

Esto conlleva también una visión de atención y apoyo a importadores y exportadores; armonizar los procesos aduanales y de inspección, con los acuerdos internacionales suscritos por México para eliminar barreras comerciales y propiciar el libre comercio, es decir, el fomento de la facilitación comercial.

El crear entidades aduaneras públicas autónomas o desconcentradas ha probado su éxito en distintos países del mundo, destacando la Agencia de Aduanas de Italia y el Servicio Nacional de Aduanas de Chile.

Sus mayores fortalezas son su personalidad jurídica propia, amplia autonomía reglamentaria, administrativa, patrimonial, organizativa y financiera, lo que les permite tener mayor éxito en el cumplimiento de sus funciones y alcanzar en menor tiempo sus objetivos, por lo que podemos vislumbrar un gran acierto del gobierno federal en la creación de la ANAM.

Estamos seguros de que la creación de la ANAM es un acierto que controlará de mejor manera el movimiento de mercancías y a la vez facilitará el comercio legal que hoy por hoy, como ya vimos, es el motor de la economía nacional, lo que generará mayor prosperidad para la gente de nuestro país.

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