¿Cómo será el consumidor y el consumo después del post COVID?

El consumidor post-Covid será más digital, más infiel y más sensible al precio

A raíz de la cuarentena los hábitos de consumo de millones de personas cambiarán. A nivel mundial todas las empresas deberán prestar atención a las necesidades que se forman en los consumidores, de lo contrario no podrán subsistir en la nueva realidad.

La mayoría de los mexicanos gastarán menos fuera del hogar y en comida a domicilio una vez pase la pandemia, dando continuidad a la situación creada por el confinamiento. El precio ganará además peso frente a la cercanía, que es el factor decisivo ahora, al elegir supermercado, por eso hay que elegir bien la geolocalización sobre todo en las APP´S, RRSSS y WEB.

Ya sabemos que la manera de consumir no será la misma después de que en México se levante la emergencia sanitaria por Covid-19 (coronavirus). Las empresas y millones de personas deberán adaptarse a un nuevo modelo de oferta y demanda. Aunque al principio nada esté claro, lo que es seguro, es que para muchos será una oportunidad para la reinvención, transformación y adaptación del mercado.

El impacto económico, social, político y cultural afectará directamente la realidad de los consumidores y sus preferencias en toda la cadena. Por lo que es importante entender a detalle lo que esto conlleva, tanto los obstáculos como oportunidades a las que el mundo se puede enfrentar.

 Los hábitos de consumo fueron modificándose conforme aumentaba el número de contagios por coronavirus, pues desde el momento en que los gobiernos declararon la Fase 1, se detectó que las personas tanto de Europa cómo de América Latina, repetían un mismo patrón, la gente comenzó a hacer compras de pánico previas a que el confinamiento fuera más estricto, adquirieron alimentos que tardaban más tiempo en descomponerse, como productos en lata o pastas, también todo lo que tiene relación con artículos de limpieza (las compras del famoso papel higiénico fue una característica común), precisamente porque las familias querían generar una barrera de protección contra el Covid-19”

Conforme pasaron los días en la Fase 1 y después de hacer despensas excesivas, las personas volvieron a comprar alimentos de forma más espaciada, en cantidades más pequeñas y a través  de canales tradicionales, como mercados o tianguis. En este punto la tendencia volvió a indicar una alta preferencia por los productos de limpieza.

 

 El paso a la Fase 2 y a principios de la Fase 3 del confinamiento por coronavirus, el comercio electrónico, la contratación de plataformas de streaming, así como el requerimiento de los servicios de aplicaciones móviles experimentaron un repunte considerable.

Durante ese periodo, el gasto destinado al comercio electrónico se triplicó sobre todo en Perú y México, luego de que se detectara que el 24 por ciento de los compradores hicieron una compra digital solo para recibir los productos en casa y no tener que salir.

 

“Cada vez que se pasa de una fase a otra, cambia la manera de consumir del mexicano. Cuando se levante la cuarentena es posible que las personas regresen a la normalidad con nuevos hábitos de compra, si les gusto algo, las probabilidades de que lo integren a su repertorio de consumo son muy altas”.

 

LA NUEVA FORMA DE CONSUMO

A inicios de abril, lo que más angustia provocó en el 81 por ciento de la población procedente de países como Chile, Colombia, Ecuador y México fue la economía, tanto así que un 36 por ciento de ese total, declaró que ahorraría su dinero para emergencias.

 

Mientras que en Brasil y Argentina, el 21 por ciento lo dedicaría a pagar deudas con tasas más altas y un 14 por ciento lo invertiría en comprar productos para el hogar, de acuerdo con lo declarado por Valeria Berlfein, Expert Solution Director Latam Worldpanel Division.

 

El confinamiento social provocado también cambió los hábitos de las personas respecto al consumo de medios, las audiencias crecen, los perfiles cambian, se exige credibilidad, las redes sociales se enfrentan a un crecimiento exponencial  que ha desembocado en cambios en los algoritmos, obviamente para que haya que pagar para llegar al targuet deseado. La audiencia y la información y el entretenimiento son más valorados que nunca.

Veamos los factores primordiales y como han evolucionado en las formas del consumidor durante la pandemia.

Proximidad. Ha pasado de ser el primer factor de decisión para el 24% de la población, antes del coronavirus, a ser ahora el 74%.

Fidelidad. Relacionada con la proximidad. La media antes del Covid, era visitar entre 3 y 4 cadenas diferentes cada mes, mientras que ahora el cliente hace la compra en una sola. La gran mayoría, eso sí, manifiesta que cambiará esta forma de actuar cuando pase la pandemia y volverá a ser un consumidor infiel. Así lo indica el 51%.

Delivery. Los 2/3  de los consumidores utilizaban los servicios de comida a domicilio antes de la crisis del coronavirus, pero ahora hay un 66% de personas que lo usan menos y sólo un 6% sigue recurriendo a esta opción de manera habitual. El cierre de gran parte de la hostelería ha reducido la oferta y el consumidor tiene además miedo a poder contagiarse en la recepción del envío. El 44% dice que seguirá usando menos el delivery cuando la situación mejore.

Online. Un 20% de las personas que nunca habían hecho la compra online antes de la pandemia han comenzado ahora a hacerlo, derribando el principal muro para el crecimiento del canal digital: el desconocimiento y la falta de confianza en su funcionamiento. Además, un 17% asegura que mantendrá esta tendencia una vez termine el confinamiento.

Precio. Sólo el 21% de los mexicanos considera que el Covid-19 no tendrá impacto en su economía. De hecho, un 30% considera que gastará menos fuera del hogar y más de un 25% tratará también de ahorrar en su compra doméstica, además han desaparecido las promociones. Volverán cuando el cliente se vuelva menos fiel.

Márgenes. “Desde luego la situación actual no es un camino de rosas para el sector de la alimentación. El consumidor está comprando más, pero ha cambiado sus preferencias hacia productos con menos margen, y a esto hay que sumarle las fuertes inversiones que se han hecho para garantizar la seguridad de empleados y clientes. El sector llama sobre todo la atención sobre la necesidad de garantizar la liquidez de los negocios, especialmente en aquellos más impactados por la situación, como la hostelería, ya que hay mucho pequeño comercio que no sabe si podrá reabrir.

La televisión, así como los medios en línea, ofrecen nuevas oportunidades para llegar al público. El tiempo que se pasa en ver la televisión aumentó en todo el mundo y en México no fue la excepción.

Este cambio representa un valor potencial para los anunciantes, ya que la entrega de la audiencia debería reducir el costo de las tarifas, particularmente en las franjas horarias de lunes a viernes.

Puedo afirmar que  muchos de los hábitos aprendidos en la cuarentena van a prevalecer cuando ésta termine.

Vamos a ver muchos cambios de actitud y tendremos que tenerlo en cuenta a la hora de diseñar nuestro Buyer Person porque hay muchos tipos de personas, y habrá la que será más saludable y será más responsable con el planeta, porque no querrán que se vuelva a repetir esta situación y los hábitos de limpieza serán una pieza muy importante para el consumidor o usuario. Por otra parte, el reto de las empresas será estar sintiendo y escuchando al consumidor para poder acercarse a ellos. Ahora deben tomar en cuenta, que el mexicano será muy precavido al comprar, aunque haya flujo de dinero no va a gastar todo lo que tiene porque estará previendo que va a hacer o que va a pasar con la situación económica, en general va a ver más ahorro y no tanto gasto espontáneo.

Mayor polarización.

Los consumidores querrán ahorrar en la cesta de la compra y, por tanto, los productos commodity comenzarán a ocupar más espacio en esas cestas y en la nevera. De hecho, esta es una tendencia que, incluso, se observa a día de hoy. El cambio en los hábitos de compra del consumidor a raíz de la declaración del estado de alarma ha provocado una reducción de la demanda de especialidades que anteriormente tenían muy buena salida comercial.

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