El combustible interno
Metas personales: el combustible para nuestra vida.
Por: Mauricio Contreras
Muchos hemos escuchado sobre la importancia de plantearnos metas. De tener objetivos claros y planes para alcanzarlos. La realidad es que pocas personas lo llevan a cabo para su vida personal, se enfocan únicamente en las metas del trabajo.
Todos vivimos ocupados y estresados por tantas actividades, pero justamente por eso es indispensable hacer pausas para fijarnos metas en nuestra vida personal; analizar hacia dónde vamos y cuáles son los motivadores internos que tenemos.
Equilibrio vida – trabajo.
Quizá ya lo has notado, pero la rutina del trabajo nos genera un desgaste emocional, cansancio, irritabilidad o apatía. Nos enfocamos tanto en las responsabilidades laborales, que terminamos descuidando otras áreas de nuestra vida que también son importantes, como nuestra salud, familia, vida amorosa o diversión.
Perdemos el famoso equilibrio vida – trabajo del que muchos hablan.
Según Stephen Covey en la llamada rueda de la vida, los seres humanos tenemos 8 áreas fundamentales para sentirnos plenos y realizados:
- Salud
- Profesional
- Amistades
- Amor
- Finanzas
- Desarrollo Personal
- Diversión
- Aportación al entorno
–
–
Es muy probable que algunas de ellas las tengamos descuidadas. Para eso es importante realizar un ejercicio llamado rueda de la vida, que consiste en analizar qué tan satisfechos estamos con estas áreas. Podemos asignarles un número del 1 al 5 dependiendo el nivel de satisfacción que tengamos en este momento.
Este tipo de análisis y herramientas nos ayudan a entendernos mejor y conocernos. Ya que después de identificar aquellas áreas de nuestra vida con las que no estamos contentos ni satisfechos, podemos crear metas que nos permitan sentir una mayor realización.
Quizá en nuestra salud, finanzas personales o tiempos de ocio y diversión.
Es importante trabajar una o dos áreas a la vez para no saturarnos.
Fijando acciones concretas que nos permitan sentirnos más satisfechos con esa área de nuestra vida.
Pasión para alcanzar metas.
También hay algo que muchos pasan por alto: Las metas deben entusiasmarnos. De lo contrario no son metas, son cargas.
Cuando hablamos de ponernos metas, muchos olvidan mencionar que un ingrediente indispensable es la pasión.
Es obvio que hay metas que no son atractivas en sí mismas, como cargar unas mancuernas cientos de veces en el gimnasio o cambiar los tacos de pastor por una ensalada con pollo hervido. En esos casos, el ingrediente de la pasión no está en la actividad sino en el resultado, en el por qué y para qué hacemos las cosas.
Creo que los seres humanos deberíamos analizar y recordar nuestras motivaciones todos los días, porque cuando dejamos de hacerlo, las metas se convierten en sacos de piedras que arrastramos por la vida. Se nota en nuestro cuerpo y en nuestra cara el hartazgo.
Sé que hay personas que todos los días se levantan para realizar labores que no les gustan, para ellos es todavía más importante ponerse metas personales que justifiquen el esfuerzo y sacrificio diario que están realizando.
Momento de hidratación.
Aquellos que les gusta realizar deporte o correr maratones, saben que llega el momento en que los músculos ya no reaccionan, que la mente se siente bloqueada y es necesario hacer pausas para hidratarse, echarnos agua en la cara y reconectarnos con nuestra meta.
Lo mismo pasa con nuestras rutinas, llega el momento que nos cansa, por eso es necesario tener hobbies y pasatiempos que sean refrescantes para nuestro cuerpo y nuestra alma. Momentos que nos permiten respirar aire fresco, disfrutar un platillo nuevo, jugar con nuestros amigos, pasear con la familia. Esos instantes son los que nos brindan oxigeno nuevo, combustible para seguir adelante y alcanzar nuestras metas.
Disfrutar el trayecto.
Finalmente, recuerda que no existe una meta que valga tanto como para perder tu salud física y mental. Habrá algunos objetivos que no saldrán como deseábamos, pero incluso en las derrotas podremos encontrar aprendizajes.
