David Patiño Oviedo

Seleccionado Nacional. Campeón de la Primera División de México 1990-1991 con los Pumas de la U.N.A.M. y en 1999 con el Club de Fútbol Pachuca. Campeón de la Liga de Campeones CONCACAF con los Pumas de la U.N.A.M. 1989. Campeón de la Recopa de la CONCACAF 1993, con los Rayados de Monterrey.

Cuántas veces hemos oído la tan famosa frase de Walt Disney “Si lo sueñas, lo puedes crear”. Y es verdad, muchas decisiones importantes en la vida, son traídas a la realidad, como imágenes oníricas que revolotean como un pajarillo desesperado en el inconsciente de un niño. Pero no basta soñar. Se necesita sentir la pasión; aquella que en un futbolista como David Patiño, se fue avivando cada vez más cuando veía el fútbol en la televisión, y qué mejor que cuando lo llevaba su padre al estadio y entonces podía maravillarse con ese mundo mágico que existe sólo en ese rectángulo verde. Nada lo apartó de su pasión; juegos, amigos, equipo, todo era parte de un sólo objetivo: ser un jugador de fútbol.

La vida de este astro del balompié mexicano, inició en las ligas amateurs de la CDMX en diferentes equipos, hasta que se presentó la oportunidad dorada, llegó a la reserva de Pumas. A partir de ese momento inició una carrera que tuvo de todo: momentos sublimes y momentos tristes, como la vida misma. Patiño recuerda las palabras siempre latentes del gran Doctor Heredia, quien decía: “El fútbol es tan apasionante porque en noventa minutos, vives todas las emociones que tienes en una vida y eso se replica cada semana”. Agrega Patiño “Entonces, el fútbol ha influído en cada momento de mi vida, ha sido mi pasión y mi manera de vivir”.

Concluye el actual director técnico de fútbol, Coach deportivo y conferencista motivacional que, “el fútbol nos enseña valores universales que son importantes para cualquier actividad en la vida; valores como la disciplina, el trabajo individual y en equipo, el compañerismo y la amistad, la identidad laboral, el sentido competitivo, la resiliencia”. Pero hay una fuerza interna que lo mueve y lo puede todo: es LA PASIÓN. Esa fuerza motora que genera el gran impulso;  “el tener ese fuego interior que te lleva a luchar por tus sueños, que al final del día, permite desarrollar en ti todos esos valores que te guían, para tener una vida plena, llena de gratitud y de sueños; por eso, “Encuentra tu Pasión y lucha por tus sueños”. 

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