El Salvador planteó un nuevo esquema económico y financiero para Centroamérica y el mundo.
Por: Rodrigo Esteban Icaza García
El tratamiento legal de las criptomonedas en diversos países, hasta ahora había sido variable. En el caso de Japón, se había considerado como medio de pago, por lo que, hasta el 2021, se consideraba como el único país que tenía un tratamiento más exacto hacia las criptomonedas.
En 2017, cuando entró en vigencia el tratamiento de las criptomonedas como medio de pago en el territorio japonés, la migración de casas de cambio dedicadas exclusivamente a la compra y venta, así como la industria de cajeros automatizados tuvo un fuerte auge en el país asiático, motivado especialmente, por los controles y limitaciones que ejerció el gobierno chino hacia la industria de las criptomonedas en el país, en su momento. De igual manera, los bancos comerciales comenzaron a brindar servicios de custodia de cripto activos para sus clientes.
En otras jurisdicciones y según las normativas vigentes, el tratamiento de las criptomonedas no había causado mayor impacto, tal cual sucedió con Japón en su momento, toda vez que sus definiciones regulatorias podrían tener fines específicos, como por ejemplo, “unidad de cuenta” para fines impositivos (Alemania), “propiedad” para recaudación de impuestos (IRS – USA), “commodity” (CFTC – USA).
Por otra parte, aunque la mayoría de los países no presentan regulaciones claras, en el ámbito legal siempre se comenta que, lo que no está prohibido por ley, está permitido, el tratamiento de las criptomonedas ha estado en uso, según el criterio de sus individuos. Aunque, en otros países, como es el caso de China, aunque las criptomonedas no están prohibidas para uso de los individuos, las instituciones financieras sí tienen restricciones legales para realizar ciertas transacciones utilizando esta tecnología, causando limitaciones de intercambio entre su moneda nacional y las criptomonedas.
También, es meritorio mencionar que los países latinoamericanos que fueron firmes en su decisión de ilegalizar esta tecnología monetaria, fueron Ecuador y Bolivia.
El cambio de paradigma mundial con la decisión de El Salvador.
La decisión del Presidente Salvadoreño, Nayib Bukele, por adoptar a Bitcoin como moneda de curso legal en su jurisdicción fue una movida que cambia el paradigma mundial, partiendo desde el hecho de que muchos países que ya presentaban alguna regulación vigente con un tratamiento específico y que limitaba su uso, tendrán que adecuar sus normativas, en función de brindarle un trato de ”moneda extranjera”, tal cual ha sucedió con una solicitud presentada al Primer Ministro de Nueva Zelanda.
Ante el acontecimiento histórico de un gobierno que aceptará Bitcoin como moneda de curso legal, otros gobiernos han reaccionado en consecuencia, considerando emitir regulaciones más favorables hacia Bitcoin, tal cual ha sucedido con la Presidenta de Tanzania, al indicarle a su banco central que se prepare para utilizar criptomonedas.
Hasta ahora cabe preguntarnos, ¿qué puede acontecer en los próximos meses en El Salvador y que nos deje de lección hacia las criptomonedas?
En primera instancia, debemos mirar al país centroamericano con mucha empatía y expectativa. Dicen que las grandes necesidades te hacen tomar grandes decisiones. Y si El Salvador logra hacer crecer su economía utilizando criptomonedas, será un país que le enseñará al mundo que el papel de los bancos centrales fue parte del siglo pasado y que los protocolos descentralizados de administración monetaria tendrán mayor relevancia.
Mirar a El Salvador con empatía porque recordemos que es un país con grandes carencias tecnológicas y digitales, pero que no le fue limitante para tomar una decisión que movió al mundo. Y también, mirar a El Salvador con expectativa porque las alianzas globales que se aproximan con las empresas dentro de la industria de criptomonedas, esto incluye minería (aquellas que tuvieron que huir del control del gobierno chino) tienen las puertas abiertas en El Salvador; asimismo, las casas de cambio.
Estas 2 industrias, la cual mueve millones de dólares, (haciendo una valoración de que en promedio de cada 10 minutos se producen 6.25 BTC, es decir, 250,000 dólares en una hora, según la cotización de 1 Bitcoin equivalente a 40,000 dólares americanos), impactaría en el producto interno del país. Además, El Salvador se convertiría en un territorio propicio para la innovación y el desarrollo digital, impactando en la generación de nuevas oportunidades de negocios, empleo, desarrollo de mano de obra local, transferencia de conocimiento, exploración de nuevas industrias y, adicionalmente, veríamos un incremento del turismo en el territorio centroamericano.
Dejando de lado, incluso el tema de criptomonedas y toda la industria que se ha desarrollado globalmente, podemos considerar la migración de otras industrias hacia El Salvador, como por ejemplo: expansión de la robótica, el internet de las cosas, Blockchain, la inteligencia artificial, entre las diversas industrias tecnológicas y digitales que hemos conocido en la última década aplicadas a industrias existentes, como lo son agropecuaria, legal, administración, comercial, educación, entre otras.
Aunque, en este momento los retos se visualizan como grandes, en Latinoamérica se necesitaba un país que promoviera el desarrollo de proyectos pilotos digitales que puedan ser probados, antes de su exportación. Ante esta situación actual, veremos con gran expectativa el renacer de El Salvador.