La brújula del liderazgo

Por: Mauricio Contreras

Vivimos en un entorno muy demandante para los líderes. Donde las empresas buscan tener un crecimiento constante. Maximizar ganancias y reducir costos. Cuidar a los clientes. Innovar nuestras soluciones. Actualizar los conocimientos. Utilizar la tecnología. Mantener al personal. Evadir los estragos de esta pandemia. Es la tarea que enfrentan los líderes todos los días. 

Navegando por los mares del liderazgo.

Muchos líderes quisieran que su trabajo fuera como navegar sobre aguas tranquilas, remar un poco, disfrutar el paisaje, tomar algunas fotos para postearlas en linkedIn y al final abrir una botella de vino al llegar al puerto para celebrar el éxito alcanzado.

Sin embargo la realidad dista mucho de ese escenario. El liderazgo es navegar en un mar agitado. Lleno de cambios, mareas impredecibles, vientos que soplan por doquier, personas que se cansan de remar. 

Cuando comenzamos nuestro andar en la vida empresarial todos ansiamos el sillón grande, acolchado, reclinable e imponente que indica nuestra jerarquía en el organigrama; pero una vez que llegamos, nos damos cuenta de que el lugar no es tan cómodo ni tan fácil como imaginábamos. Hay demasiadas presiones alrededor de un líder.

La brújula. 

En medio de ese vaivén de las circunstancias, es muy importante que los líderes no pierdan el rumbo. Que no suelten la brújula ni renuncien a los valores fundamentales de la organización.

En tiempos de cambio es muy importante hacer un repaso de los valores base que tiene la empresa, de la visión y la misión. Quizá sea necesario actualizarlos y validarlos. Es esencial tener claro hacia dónde vamos y el propósito que cumplimos. Esto permite que ante cualquier reto podamos mantenernos firmes y seguir avanzando. 

Es muy probable que el plan de crecimiento que teníamos se haya visto afectado por los hechos recientes de la crisis de salud que venimos enfrentando. Es ahí donde los líderes debemos recordar el rumbo, generar ajustes a la estrategia y después regresar a la operación. 

Los 3 inventarios. 

Cuando un barco pasa por una tormenta, es probable que haya tenido pérdidas o daños. Por eso es indispensable que conforme se va retomando la normalidad, se haga un inventario y un recuento de los deterioros que pudieran haber sufrido nuestros planes.

Vamos a analizar si necesitamos fortalecer algunas áreas de la organización para poder triunfar durante este periodo de reactivación económica. 

Inventario de herramientas.

Los tiempos que hemos vivido han cambiado la forma de hacer negocios y de trabajar. Por eso es importante analizar si alguna herramienta necesita ser reparada, reemplazada o actualizada. Puede ser algún software, mobiliario, maquinaria, equipo de cómputo, distribución de espacios de trabajo. 

Durante el tiempo de la llamada nueva normalidad, debemos estar listos para trabajar de forma óptima y teniendo todas las herramientas necesarias. 

Inventario de procesos. 

Al igual que con las herramientas de trabajo, los procesos pudieron verse deteriorados. En muchas empresas se modificaron los canales de comunicación. En algunos casos fue para bien, rompiendo la rigidez o lentitud con la que a veces nos movemos en las organizaciones. Hay que analizar los principales procesos de la empresa e identificar aquellos que se han visto impactados y que podrían convertirse en cuellos de botella durante lo que resta del año. 

Inventario emocional. 

Además de los procesos y las herramientas de trabajo, también podríamos tener un daño en el clima organizacional. Hemos vivido meses de mucha presión emocional, que seguramente afectó las relaciones al interior de la empresa. Por eso sería muy bueno considerar algunas sesiones de integración para los equipos, reuniones de apoyo y desahogo emocional. 

Líderes comprometidos. 

El sueño de todas las empresas es tener personas comprometidas, pero soy un fiel creyente de que el compromiso es el resultado de la convicción. Vale la pena afirmar el nivel de convencimiento que tiene cada líder sobre las metas, la empresa y el propósito de la misma. Ayudarles a conectar el trabajo con sus aspiraciones personales. De tal forma que su convicción sea fortalecida para mantenerse enfocados, optimistas y proactivos ante los retos que están enfrentando. 

La realidad es que los meses por venir serán cuesta arriba. La tormenta está pasando, pero la reconstrucción y la reactivación llevará tiempo. Los líderes debemos estar unidos y compartir mejores prácticas para que podamos llegar a buen puerto.

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