¿Y si conectamos la Responsabilidad Social Empresarial a la cultura?
Hace años las empresas comenzaron a implementar políticas de gobernanza, generalmente lideradas por la Junta Directiva. Buscaban mantener políticas y normas de conducta entre la empresa y sus “stakeholders”. Así, inició el camino a parametrizar lo que era esperado en base a la Responsabilidad Social Empresarial, RSE por sus siglas.
Se crearon códigos de conducta y de ética que comienzan a regir no sólo las relaciones con los colaboradores sino con la comunidad en general.
Pero, ¿cómo de repente quedó esto en manos de Recursos Humanos y no de los accionistas o de la Junta Directiva?
¿Conocen esa metáfora del elefante en la sala? Pues así era, un hecho ya evidente del que Recursos Humanos no quería hablar porque no lo comprendía aún o porque no quería otra responsabilidad más. ¿Pero qué hizo que todo esto cambiará?
Empecemos por definir qué entendemos por Responsabilidad Social Empresarial. Es la misión que tienen las empresas de agregar valor, no sólo a los colaboradores, sino a los proveedores, clientes, la comunidad y al medio ambiente.
De manera especial busca el cumplimiento de normas y políticas éticas de los accionistas con la sociedad, logrando la justicia social, la diversidad e inclusión en las organizaciones.
Recursos Humanos se encarga de la Responsabilidad Social por los grandes beneficios que genera en las personas: el capital humano.
Esto se debe a que da una imagen de reputación, misma que genera motivación, sentido de compromiso y pertenencia con una empresa que demuestra justicia social.
También ayuda mucho esa reputación no sólo para atraer talento, sino para retenerlo en las empresas, pues las personas se identifican con las acciones que se realizan; mejorando significativamente el clima laboral y, por ende, aumentando la productividad y resultados del negocio.
Y es así como Recursos Humanos se encarga de ciertas acciones como coordinar el voluntariado, implementar el código de ética y de conducta en las organizaciones, entre otros.
Pero, llega la pandemia y al gestor de talento humano y a los líderes de empresa, les correspondió afrontar la adversidad. Cada uno reaccionó de manera distinta, pero en general muchos han realizado acciones concretas que coadyuvaron a apoyar a sus colaboradores y a la comunidad.
Cuando surge la pandemia y la cuarentena, el rol de gestión humana tomó un papel preponderante, pues era el brazo motor de esas iniciativas para velar por la continuidad del negocio, cuidar de su gente, de sus proveedores y como apoyaban a la comunidad.
Algunas empresas han sido muy solidarias, no sólo haciendo donaciones sino dando plazos a sus clientes para pagar las cuentas o incluso logrando cubrir sus deudas a tiempo para no afectar a sus proveedores.
Otras comenzaron a fabricar artículos muy necesarios para manejar la crisis sanitaria; por ejemplo, artículos de seguridad, de limpieza… Han sido innumerables las iniciativas que han generado un buen ambiente de trabajo.
Si bien es cierto que la economía se paralizó, ha habido empresas que estimaron no suspender contratos ni reducir jornadas y además proveyeron donaciones a los colaboradores y sus familias.
Una empresa que acciona de este modo sin duda que logra mayor compromiso y sentido de pertenencia de su gente al ver cuánto se valora al ser humano.
Desde mi posición de consultora de recursos humanos, en algunas conferencias a las que fui invitada, durante la pandemia, siempre sostuve que la relación con los colaboradores iba a depender única y exclusivamente de las acciones de la empresa durante la contingencia.
¿Pero han sido estás medidas permanentes o se dieron sólo mientras duró la pandemia? Algunos, me atrevo a decir, que las han realizado temporalmente y porque no era bien visto la falta de solidaridad y otros porque en su ADN sí está inmerso ese deseo genuino de apoyar .
“Si bien es cierto que la economía se paralizó, ha habido empresas que estimaron no suspender contratos ni reducir jornadas y además proveyeron donaciones a los colaboradores y sus familias”
Será de vital importancia crear un nuevo plan que cuide del negocio, de la gente, de los proveedores y a la sociedad, siempre tomando en cuenta los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).
Gracias a la pandemia, que ha provocado el interés genuino de colaborar para salir adelante y mantener el bienestar social, muchas empresas sin duda se han colocado en el ojo de las personas que ven esas acciones de solidaridad como un atractivo.
Si tu plan de Responsabilidad Social Empresarial no cuenta con algunas de las iniciativas que te brindo más adelante, es momento de considerarlo pues lo que se busca es innovar para salir adelante y crecer, pero eso solo lo logramos a través de las personas, así:
• Planes de bienestar que incluyan el manejo del estrés, la salud física y mental.
• Desarrollo de nuevos talentos a través de la formación.
• Provocar relaciones de valor con los stakeholders.
Una empresa socialmente responsable debe enfocarse en el resultado del negocio, pero más que nada en quienes ejecutan las acciones para lograr esos objetivos estratégicos, su gente.
Necesitamos gestores de talento humano con valentía, con visión a futuro y que busquen no sólo accionar para salir de la crisis y mantener una imagen, sino que mantengan de manera sostenible en el tiempo todas las estrategias que brinden seguridad, bienestar y tranquilidad a los colaboradores, el motor que impulsa todo negocio.