ENTRE LA CERTEZA JURÍDICA Y LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS

EMIR LÓPEZ BADILLO
TITULAR NOTARÍA PÚBLICA NO. 14, TEPEJI DEL RÍO DE OCAMPO, HIDALGO

En esencia, la función notarial tiene dos importantes áreas de impacto, ambas aparentemente diferentes, pero con un alto grado de coincidencias, me refiero a la certeza jurídica y al desarrollo económico. Tan es así, que al final del día convergen y no se puede explicar una sin la otra; de ello habré de referirme a lo largo de las próximas líneas.

El ejercicio de la fe pública lleva consigo el ineludible compromiso de conferir certeza jurídica a todos los hechos y actos jurídicos realizados ante la fe de un Notario Público; ello significa la garantía de plena legalidad ante el solicitante de sus servicios, ante las instituciones del Estado y ante la sociedad en general.

Los alcances de los actos que autorice, surtirán efectos ante terceras personas, no sólo ante quien contrate sus servicios. De ahí que la función notarial reviste especial importancia en la construcción de un estado de Derecho y de un sólido sistema democrático, que, como es lógico, conlleva el respeto a los derechos humanos.

Manejar el patrimonio familiar, los bienes de una persona física o de una persona moral, sin dejar de lado las inversiones económicas, nacionales o extranjeras, son claros ejemplos del alto sentido de responsabilidad legal que implica la función notarial desde la génesis misma de las figuras jurídicas más adecuadas para cada caso.

Y aquí, es donde toma forma la importancia de las actividades económicas. Gran parte del actuar notarial impacta positivamente en las estructuras económicas del Estado. Ya sea la escrituración de actos traslativos de dominio (compraventa, donación, adjudicación de bienes, por citar algunos), la constitución de personas morales (con capital nacional o extranjero), la creación de fideicomisos, sólo me refiero a las más comunes; todas ellas redundan en un impacto favorable tanto en la economía local, como nacional.

Entendida de esta manera, la fe pública no sólo ha sido diseñada para crear certeza jurídica a través de los actos notariales; sino que éstos, una vez constituidos bajo un esquema de absoluta legalidad, como requisito sine quanon, se convierten en palancas importantes del desarrollo económico.

Así, certeza jurídica y desarrollo económico se conjuntan a través de la función notarial, que viene a ser un importante elemento cohesionador de ambas, quienes a su vez habrán de colaborar positivamente en la consolidación de un estado democrático de Derecho.

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