LA ACTUALIDAD DIGITAL Y DE CUMPLIMIENTO DEL CORREDOR PÚBLICO
En la era de las redes, los retos empresariales son cada vez mayores y se muestran confrontados ante las enormes oportunidades de crecimiento y la aparición de nuevos nichos de mercado que demandan movimientos rápidos, ideas creativas y soluciones adecuadas. El Internet y las tecnologías relacionadas son los socios de negocios de todo el mundo.
Mi reflexión inicial únicamente da cuenta del contexto en el que el comercio se realiza sobre bases diarias. A eso es necesario e indispensable sumar la enorme cantidad de cambios en los escenarios globales (no sólo ante contingencias catastróficas como la enfrentada mundialmente con motivo del Covid-19), sino, en virtud de la producción normativa internacional y local en materia tanto fiscal como comercial.
Esta serie de criterios que día a día se van actualizando, impactan de manera profunda en la gestión comercial pues generan inicialmente, un estado de incertidumbre que ningún empresario e inversionista desea experimentar en la toma de decisiones pues involucran poner en riesgo el patrimonio de su empresa o el personal, a la par que los obligan a mantenerse constantemente actualizados y mantener a su personal capacitado ante el marco normativo dentro del cual deben realizar sus operaciones. En este tenor, la tendencia regulatoria internacional ha generado que al interior del país se hayan y se sigan dando, una serie de reformas que buscan dar cumplimiento a los compromisos internacionales que se han asumido en diversas materias- principalmente en materia fiscal- con un impacto relevante y profundo en la materia comercial, así como en la forma en la que se hacen negocios y se financian los mismos hoy en día.
No es menor el conflicto que incorporar las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en la producción legal y normativa a nivel legislativo. La necesidad de asegurar políticas que prevengan actividades ilícitas altamente facilitadas por el uso de estas tecnologías genera leyes rígidas y severas.
Ante esta realidad, una figura como la del Corredor Público adquiere relevancia cuando deja de pensarse en ella únicamente como un “fe datario para actos de comercio” pues en verdad, sus funciones desde la perspectiva de su naturaleza esencial como auxiliar del comercio, son mucho más amplias y útiles en la actualidad.
En el obligado conocimiento profundo que deben tener de la legislación en materia comercial, el Corredor Público se vuelve un asesor en el modelo del “todo en uno”, cuando da cabal cumplimiento a sus obligaciones en términos de la Ley que rige su función y ante una necesidad regulatoria de cumplimiento normativo obligado en el ámbito comercial, provee los elementos necesarios para que esta necesidad se vea satisfecha.
Veamos, el compliance es esencialmente el cumplimiento normativo que debe darse por y en las empresas, desde las más altas esferas directivas del organigrama, así como por cualquier persona física, aunque en particular nos referimos sin duda, al comerciante. En este orden de ideas, el Corredor Público, teniendo entre sus funciones el de brindar debida asesoría a las partes que acuden ante él respecto de los negocios que se le presentan, es también una fuente adicional de conocimiento sobre la estructura normativa adecuada que debe seguir la estrategia comercial que se le consulte; si a esto le sumamos, la necesidad actual de que fiscalmente los acuerdos comerciales que se suscriban deben contar con fecha cierta, no podría tener más sentido el considerar al Corredor Público en su función de auxiliar del comercio, como parte del equipo de asesores y consultores comerciales.
Hay un dinamismo presente en la figura del Corredor Público que en mi experiencia no es común en la función de la fe pública y que considero se da como consecuencia de una especialización natural en la materia comercial que los dota de la sensibilidad para entender la necesidad operativa y administrativa de una empresa y un comerciante. Empecé hablando de tecnología y, ese es un claro ejemplo de en dónde un Corredor puede llegar a tener un valioso conocimiento de su uso en el aspecto comercial en el que sin duda la tecnología lidera la creación y mantenimiento del flujo tanto operativo como económico de los mismos por lo que ha generado además aquello que varios autores denominan “una nueva ecología de aprendizaje y de oportunidades sociales” y por lo tanto, comerciales que permitían proveer además de la certeza esencial que hoy por hoy es una demanda regulatoria.
No es arriesgado pensar en la figura del Corredor Público como un “asesor de cabecera”. Pues tampoco debemos olvidar que funge también como perito valuador (lo cual es muy importante para efectos de valuación del negocio y sus activos), además de la protección que brinda a los intereses del comerciante al otorgar una garantía para responder del debido ejercicio de sus funciones, sumado obviamente al valor jurídico del que gozan las pólizas e instrumentos otorgados ante él y que garantizan la fe pública.
Así, el valor agregado que otorga como auxiliar del Comercio para todo abogado corporativo y fiscal, así como para los Comerciantes, sean estos empresas o personas físicas, se vuelve muy atractivo a la luz de un mundo absolutamente globalizado y sin fronteras en donde nos hemos vuelto nativos digitales con sed de garantía siguiente de certeza jurídica para la protección de nuestros intereses y a la vez, para dar cabal cumplimiento a la normativa que les regula y nos importa como profesionales del derecho, precisamente para cumplir esta necesidad primaria que ya se manifestó.
Finalmente, podemos decir que las ventajas de la Correduría Pública en México aún están subexplotadas y es posible obtenerlas con el fin de garantizar el flujo de los negocios. Es también sin duda un compromiso de fondo por parte de los colegas habilitados como tales, el mantenerse en la vanguardia del conocimiento mercantil y tecnológico (pues van de la mano) donde es indispensable proveer las herramientas legales necesarias para estructurar las operaciones en las que está visto, por tanto, debemos considerar su participación de forma indispensable.
