Nuevos Programas de Reestructuración de Créditos

EXTRACTO: Recientemente, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ha emitido facilidades y medidas regulatorias para las entidades reguladas que permitan incentivar la reestructuración de los créditos que mantienen personas físicas y morales que hayan resentido los impactos económicos del COVID 19. Las facilidades buscan que, mediante programas de reestructura, las personas físicas y morales reciban beneficios tangibles respecto a la reducción de pagos y la extensión del plazo de sus adeudos. Este artículo señala aspectos importantes que deben considerar, otorgantes y acreditados, previo a la reestructuración de un crédito. Antecedente: El pasado 23 de septiembre de 2020, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (en adelante “CNBV”) dio a conocer facilidades regulatorias aplicables a las instituciones financieras (en este caso instituciones de crédito y sofomes reguladas) para establecer un nuevo paquete de medidas para la reestructuración de créditos a cargo de personas físicas y morales, en adición a los programas de apoyo para el diferimiento de pagos que fueron promovidos a través de criterios contables especiales en marzo del presente año y cuya implementación duró hasta junio pasado. La instrumentación de estos nuevos programas de apoyo se hizo a través de oficios emitidos por la CNBV, de reglas iniciales y aclaraciones posteriores, de fecha 24 de septiembre y 8 de octubre de 2020, respectivamente. Este nuevo esquema de reestructuras podrá implementarse hasta el 31 de enero de 2021 y también es aplicable a los créditos que hayan obtenido los beneficios de los programas de diferimiento de pago señalados anteriormente, los cuales, de acuerdo con el comunicado emitido por la CNBV, ascendieron a más de ocho millones. Desarrollo: Mediante las facilidades antes referidas, la CNBV busca que las empresas y personas físicas obtengan beneficios económicos y mayor flexibilidad para el pago de sus adeudos generando apoyos para mitigar los efectos económicos derivados de la pandemia causada por el COVID-19. Por otro lado, la autoridad busca otorgar incentivos regulatorios suficientes a las entidades financieras para ejecutar este nuevo esquema de reestructuras. En términos generales, las facilidades regulatorias tienen que ver con reconocer reservas adicionales que computen como parte del capital regulatorio (capital complementario) e incluso con la liberación de reservas de cartera mediante el cálculo de un fondo de reserva que haga frente a las pérdidas esperadas de los créditos estructurados y las posibles quitas, condonaciones, descuentos y bonificaciones que se ofrezcan a clientes. La facilidad regulatoria también considera reducir prudentemente los requerimientos de capital por riesgo de crédito. NUEVOS PROGRAMAS DE REESTRUCTURACION DE CRÉDITOS • Miembro de la Comisión de Finanzas y Sector Financiero del Colegio de Contadores Públicos de México. • Miembro de la Comisión Representativa de Instituciones del Sector Financiero del Instituto Mexicano de Contadores Públicos. •Socio de Asesoría Financiera de EY. •23 años de experiencia profesional auditando y asesorando a instituciones financieras. Jorge Manlio Senties Medellín CONOCE MÁS SOBRE EL AUTOR Es importante mencionar que, para las entidades financieras, esta propuesta de programas es opcional y existen, en su caso, ciertos requerimientos que deben cumplir las reestructuras que pacten con sus clientes para tener acceso a los beneficios regulatorios antes mencionados, entre ellos: • Reducir el monto de los pagos a los acreditados, generalmente entre un 25% y 15%, dependiendo del plazo de la reestructura y el tipo de crédito. • Reducir las tasas de interés ordinaria y moratoria. • Extender el plazo remanente de los adeudos. • Que el monto nominal total de los nuevos pagos bajo la reestructura no exceda entre un 30% y 15% de los pagos nominales remanentes inicialmente acordados, dependiendo del tipo de crédito y el nuevo plazo. • Que se ofrezcan quitas, condonaciones, descuentos y bonificaciones. • Documentar el análisis de la viabilidad de la reestructura. Tomando en cuenta las condiciones económicas y de los negocios actuales, además de las perspectivas futuras en el corto, mediano y largo plazo, tanto las personas físicas y morales deudoras de la banca, como las instituciones financieras, deben hacer un análisis detallado para definir la conveniencia de tomar ventaja de reestructurar los créditos que mantienen. Dicho análisis debería incluir algunos de los siguientes puntos: Para las entidades financieras: • Revisar los escenarios actuales y modificados de las tasas de retorno de sus productos y portafolios de crédito que les permitan definir los esquemas de reestructura óptimos para conservar su rentabilidad y cumplir al mismo tiempo con los requisitos establecidos por la autoridad respecto a la reducción de montos de pago, tasas, etc. • Diseñar y ejecutar los estudios de crédito y viabilidad necesarios sobre los clientes que requieran reestructurar sus créditos. • Diseñar, implementar y automatizar procesos que permitan la atención y respuesta adecuadas a la demanda de clientes sobre este programa. • Preparar presupuestos sobre posibles quitas, condonaciones, descuentos y bonificaciones que formarán parte de los programas de reestructura. • Evaluar las garantías actuales asociadas a los créditos y solicitar adicionales (siempre y cuando sea para reducir la tasa de interés, como lo menciona la regla de la CNBV). • Medir las pérdidas de crédito esperadas por los productos y portafolios de crédito reestructurados (lo cual permitirá cuantificar el fondo de reserva que señalan las disposiciones de la CNBV). • Gestionar las discusiones y aprobaciones correspondientes a los diferentes órganos de gobierno. • Diseñar las herramientas tecnológicas necesarias de análisis, medición, procesamiento, monitoreo y reporteo de los créditos reestructurados. Para las personas físicas: • Evaluar la posibilidad de prepagar sus adeudos sin descapitalizarse totalmente (tal vez la venta de un bien de poco uso pueda ser una opción para hacerse de recursos). • En el caso de aplicar para una reestructura de adeudos, no considerar la reducción en el monto de los pagos del crédito como dinero adicional para gastar o contraer otros adeudos. • Pagar por anticipado o reestructurar las deudas que tengan un mayor costo financiero. • Hacer un presupuesto de gastos, buscando apegarse a él seriamente. En otras palabras: gastar estrictamente lo indispensable. • Procurar, en la medida de lo posible, mantener su nivel de ingresos, incluso haciendo uso de habilidades personales y profesionales que le permitan tener ingresos adicionales a sus actividades laborales normales. • Continuar procurando el ahorro. Para las personas morales: • Analizar y evaluar su estructura de capital buscando eficiencias en el costo y plazos de vencimiento correspondientes, a través de las opciones de reestructura. • Buscar la participación de inversionistas adicionales en la empresa que aporten recursos de capital e innovación (por ejemplo: fondos de capital de riesgo). • Identificar y poner a la venta unidades generadoras de efectivo o activos significativos que sean ociosos, improductivos o de baja rentabilidad para prepagar adeudos con alto costo financiero. • Implementar medidas que permitan hacer eficiente la gestión del capital de trabajo (sin afectar a proveedores y acreedores, puesto que la liquidez es importante para todas las empresas en el ecosistema en época de crisis). • Evaluar objetivamente el nivel actual de operaciones y hacer pronósticos realistas de generación de flujos de efectivo futuros, con la finalidad de reestructurar adeudos cuyo nuevo esquema de pago empate con dichas expectativas. • Evaluar de forma detallada y estricta los nuevos proyectos de inversión, sobre todo en los niveles de rentabilidad y tiempos de recuperación de la inversión, con el fin de tomar decisiones acertadas sobre el uso de efectivo disponible y capacidades de financiamiento o reestructuración. • Analizar y evaluar de forma seria la implementación de coberturas de riesgos de mercado si se reestructuran pasivos financieros en moneda extranjera y/o tasas variables (o incluso fijas), en función a las expectativas de las condiciones macroeconómicas que tenga la administración. Conclusiones: La reestructuración de adeudos es un proceso complejo que conlleva analizar de forma seria y adecuada las finanzas personales, así como la situación financiera de las empresas. Es evidente que las condiciones económicas generadas por la crisis que ha traído el COVID-19 son inciertas, razón por la cual, es difícil hacer pronósticos sobre la continuidad de los negocios de las empresas y la conservación de nivel de empleos, sin embargo, la prudencia y el escepticismo siempre son factores clave para hacer evaluaciones financieras. Respecto a la banca, es imprescindible contar con herramientas de análisis y de respuesta efectivas para atender de forma adecuada las solicitudes de reestructura de sus clientes sin exceder los riesgos previamente delimitados. Finalmente, para la aplicación de estos programas de reestructura es indispensable que las personas físicas aprendan a tomar conciencia sobre la importancia de sus finanzas personales, mientras que las empresas también busquen robustecer sus procesos de análisis financiero. Ambos aspectos también deben ser reforzados por el soporte de la oferta de servicios bancarios a través de los nuevos programas de reestructura puesto que dichos servicios deben generar valor hacia sus clientes por arriba del costo financiero asociado a los mismos.

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