Los tiempos críticos que vive el mundo a causa del COVID 19 han alcanzado a México; se está viviendo un momento histórico terrible, por una parte, la información que circula diariamente en los medios de comunicación, en donde se vislumbra un presente abrumante y un futuro incierto en materia de salud; por otra parte, un gobierno laxo, donde el jefe del ejecutivo muestra una gran indiferencia al tema y por qué no decirlo, carencia de ideas y estrategias que brinden seguridad a toda la población, si a eso le sumamos la falta de un equipo capaz de enfrentar la crisis de manera responsable, clara y precisa, pone a la población en una ataque de pánico inminente.
Si bien es cierto, el tema central en este momento es la vulnerabilidad de la salud y la falta de un plan de contingencia médico que garantice enfrentar la crisis de manera expedita, seria y responsable; también es cierto que es urgente no solo plantear soluciones a los problemas de primera vista, es decir, estamos entrando a una caída laboral y económica, las cuales en conjunto traerán consigo más problemas a nuestro país.
Por poner un ejemplo, Canadá ha implementado acciones económicas y fiscales para enfrentar la contingencia y a pesar de ello, en tan solo 12 semanas se han perdido 500,000 empleos, Canadá tiene una población que oscila en los 38 millones de habitantes; sin ser expertos, aplicando una regla de tres, es posible que México pierda un promedio de 1,700,000 empleos en el mismo periodo, afectado a un mismo número de familias; sin empleos disminuirá la activación de la economía y en consecuencia se contraerán las empresas, tanto en lo económico como en lo productivo.
No perdamos de vista que la economía de México depende de la micro, la pequeña y la mediana empresa, mismas que en este momento entrarán en una etapa de recisión económica, es urgente que el gobierno establezca acciones preventivas serías en materia fiscal-empresarial, las cuales permitan asegurar qué durante la contingencia, estas empresas no entren en crisis al grado de cerrar sus puertas; el gobierno debe proponer apoyos fiscales, como la eliminación del ISN, por lo menos los siguientes seis meses, una disminución del ISR por el tiempo que dure la contingencia; y por otra parte, muy a mi criterio, se debe eliminar el IVA tanto a las empresas como a las personas físicas durante los siguientes tres meses, esto como apoyo a la economía de los mexicanos en cualquiera que sea su personalidad fiscal. Es importante no entender esto como un rescate, sino como una medida preventiva.