La Correduría Pública en México
De acuerdo con información del INEGI, dos de cada tres empresas mexicanas quiebran antes de cumplir su primer lustro de vida productivo.
Sin duda, la carencia de un plan de negocios y una mala administración son dos de las causas más importantes de este fracaso. Es por esta razón que en ASESORES hemos visto la necesidad de di-fundir a la institución oficial por excelencia para el apuntalamiento del sector empresarial nacional: LOS CORREDORES PÚBLICOS.
El nombramiento de cada corredor es responsabilidad del Poder Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de Economía (SE). Los postulantes deben ser abogados especializados en Derecho Mercantil de probada honorabilidad, suficientemente capacitados como para aprobar los rigurosos exámenes.
La patente o título de habilitación que les da la SE les otorga atribuciones de gran responsabilidad: asesor jurídico, agente mediador, perito valuador, árbitro a solicitud de partes, fedatario público. De tal manera que es un actor imparcial que agiliza las transacciones comerciales, y brinda certidumbre jurídica obligado a garantizar el debido ejercicio de sus funciones.
Los servicios de un corredor no sólo garantizan calidad, agilidad y seguridad legal, sino también precios sin parangón, pues debido a que no pagan aranceles, los costos de sus honorarios son significativamente inferiores a los de un profesionista asesor cualquiera. Los servicios de un corredor pueden ser más baratos hasta en más de un 50%.
El campo de oportunidades para los corredores es fantástico. México es el país que más ha crecido en cuanto a la creación de startups en los últimos cinco años. Son casi 5 millones de empresas que existen en el país, las que representan un 52% del Producto Interno Bruto. Si actualmente apenas existen 416 Corredores Públicos, entonces, apenas contamos con el .01% del total necesario para cubrir a todas las empresas del país con dichos servicios de manera personal.
Tal vez, una de las razones de que haya pocos corredores se deba al celo con el que la Secretaría de Economía custodia la calidad profesional y honorabilidad de los corredores. Es una rigurosa revisión de los requisitos pertinentes, además de los dos exámenes de alto grado de dificultad intelectual a que son sometidos los aspirantes; sin embargo, el enriquecimiento y las oportunidades de crecimiento profesional son fuertes motivaciones luchar por ello. Lo bueno es que para lograr ser un corredor público todo depende del esfuerzo del postulante. La Secretaría de Economía da nombramientos a cualquier mexicano dispuesto a luchar intensamente por lograrlo; cosa que no suele ocurrir con los notarios.
Otro factor de que el trabajo del corredor público aún no cuenta con el reconocimiento e impulso que merece es que la gente no sabe que puede recibir un trabajo integral, el cual no lo obtiene con los notarios. Tratándose de materia mercantil, los corredores no sólo son fedatarios que dan certidumbre jurídica cualquier transacción, sino que aparte están capacitados para asesorar y ser verdaderos catalizadores de negocios para los mexicanos. Una vez que los clientes reciben los robustos paquetes de servicios, se dan cuenta que en relación costo beneficio los corredores son la mejor opción, por mucho y sin duda alguna.
En la revista ASESORES damos un público y sentido reconocimiento a los colegios de corredores públicos. No es fácil lograr convertirse en un corredor público y es sumamente importante su existencia para un país como el nuestro, donde uno de cada tres mexicanos que quieren emprender, no lo hacen por miedo al fracaso; donde sólo el 14% de las empresas nuevas obtiene ingresos fuera del mercado nacional; donde el 75% de las empresas cierran antes de terminar el segundo año.
Gracias por ser auténticos auxiliares del comercio, por brindar certeza jurídica en los negocios comerciales, por ser agentes mediadores que evitan gastos innecesarios, antes de que las controversias vayan a juicio.
Gracias por ser LOS CATALIZADORES DEL COMERCIO EN MÉXICO.
