¿La 4-7 fiscal inició en 2014?

Por: Silvino Vergara Nava

“Qué ocurrió con aquellos anhelos revolucionarios de igualdad y justicia social, abandonados a su suerte o utilizados en eslóganes de  mercancías insulsas, es algo que no explica, pero sí esgrime una conclusión lapidaria”.

Azahara Palomeque – Vivir peor que nuestros padres. Editorial Anagrama. Barcelona, 2023.

En los últimos días, se indicó por la futura titular de la administración pública federal que no habrá reforma fiscal, que así como se encuentra la legislación tributaria se mantendrá de esa forma en los próximos seis años; sin embargo, esta serie de manifestaciones al respecto de un tema tan complicado, deja ver que los próximos años no resultarán nada halagüeños para las empresas medianas, pequeñas y las denominadas: “microempresas”, que todas estas son el 98% de los cinco millones y medio de empresas que existen en el país, y que según estadísticas, resulta que este tipo de empresas una vez que abren, deben de pasar la frontera de los tres años, pues la mayoría de ellas desaparece en ese periodo de tiempo, y de esta estadística mucho tiene que ver con el régimen fiscal actual.

El problema de no reformar las leyes fiscales, asume que se encuentran correctas, sin embargo, habría que preguntarse: ¿Para quién las disposiciones fiscales, se encuentran correctas? Evidentemente que no es para ese gran sector de los contribuyentes que son las medianas, pequeñas y microempresas, sino que para estas es necesario que se realice una reforma fiscal urgente, pues no por tratarse de una sociedad anónima o en general, una sociedad mercantil, es suficiente para que se implementen los mismos tratamientos legales “a todas por igual”, sobre todo, en cuanto a obligaciones formales, es decir, las cargas administrativas para poder cumplir con sus obligaciones, como es el caso de la presentación de declaraciones, avisos, informes a las autoridades, que abunda en el día a día de las sociedades, y esto lo que ocasiona es que nos topemos con que ese sector tan grande de los contribuyentes no tengan la capacidad de poder cumplir con todos esos requerimientos de la ley.

Es necesaria esa reforma fiscal, en principio para no dar un tratamiento in-equitativo a las empresas al momento de cumplir con sus obligaciones fiscales; pues lo cierto es que se insiste, no se puede dar el mismo tratamiento simplemente por ser sociedad anónima a la que se encuentra en una pequeña población de la provincia del país, con ingresos de dos millones de pesos, a aquella sociedad también mercantil que recibe de ingresos más de cien millones de pesos al año, a pesar de que ambas sean sociedades mercantiles, no cuentan con la infraestructura, la capacidad, los recursos materiales y humanos para dar frente a esas obligaciones; lo que termina sucediendo es que por esa complejidad en las leyes, caen en la corrupción, y de paso, desafortunadamente, se convierten en cautivos de esa red; por ende, la única forma de sobrevivir, no es pagando sus impuestos y cumpliendo son sus obligaciones fiscales, sino suministrando dádivas que desafortunadamente en este país, solamente se acabó en la tribuna del Palacio Nacional, pero de allí para abajo el propio sistema provoca la corrupción, con dos factores principales.

El primero es que la diversidad de leyes tributarias, lo que hace es que permite las denominadas facultades discrecionales a las autoridades fiscales, por ende, actúan de una forma o de otra, con ese margen de opción, en tantos y tantos procedimientos, provoca la corrupción, es decir, la corrupción no se controla con simples buenos deseos, se requiere de una reforma fiscal.

En segundo término, existen tantas obligaciones imposibles de cumplir que cualquier contribuyente cae en el incumplimiento y, por ende, es muy fácil de poder controlarlo políticamente, pero sobre todo que, no cuentan todos los contribuyentes con la capacidad de cumplir con esas obligaciones, lo cual, además, es una desventaja competitiva con el resto de las empresas de ese giro, sobre todo con las grandes empresas.

Por ello es que resulta indispensable una reforma fiscal; a pesar de que se haya dicho que no es necesaria, resulta imprescindible para la subsistencia de esas empresas que viven al día y que están a punto de desaparecer en cualquier momento, por la falta de cumplimiento de un exceso de obligaciones formales, pero que son necesarias porque son las que cuentan con el mayor número de empleados, además de que es en donde los empleados generan más permanencia.

Cabe recordar que las últimas reformas fiscales que se sucedieron de mayor envergadura y que se encuentran vigentes son las del año de 2014, fueron las más importantes de muchos años, y que ahora se están materializando las consecuencias de esa reforma, que no se pretende reformar, simplemente porque no se ha analizado desde el fondo la problemática del pago de los impuestos; reforma fiscal de 2014 que se realizó en los tiempos de la presidencia aun del Partido Revolucionario Institucional, que bien se puede decir que como no se han reformado las leyes tributarias y no se van a reformar, esto implica que la denominada “4-T” inició en México en los tiempos de aquel presidente y partido político, y no del que está a punto de terminar su mandato, es decir, la denominada: “Cuarta Transformación” no es de este gobierno federal, alguien se les adelantó.

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