JOAN BORBOLLA BALLESCA

DIRECTOR GENERAL DE B&B CONSULTING

LOS GRANDES ASESORES DE EXCELENCIA EMPRESARIAL

En tiempos recientes, (hablemos de la última década (2013-2023) y que tal vez nos podríamos remontar un poco más atrás), las redes sociales se han vuelto un álbum de nuestras vidas, visible para propios y extraños, teniendo hoy términos como “influencers” o íconos a quienes seguir, o en su caso imitar y querer alcanzar a través de los likes o los followers.

Nuestra vida deja de ser nuestra y se vuelve del dominio público, nuestra forma de pensar, comportarnos, vestir, los viajes que hacemos, lugares que visitamos, gente que conocemos, etc. Mientras más “contenido” publiquemos, más será el posible éxito de posicionamiento en la carrera de ser más conocido y más reconocido a través de las redes sociales.

¿Pero qué tiene que ver esto que estamos comentando, en un mundo nada desconocido como el digital, con el mundo tributario o fiscal?  Desde hace algunos años ya, las autoridades tributarias de nuestro país se han dado a la tarea de “fiscalizar” a ciertos ciudadanos por medio de las redes sociales y sus publicaciones o contenidos… pero, ¿cómo es esto, y qué tiene que ver lo que yo o tú o, el que sea, publiquemos con las autoridades tributarias? Pues bien, en el mundo del supón, hagamos el análisis que Juan X, es una persona física con actividad de sueldos y salarios, registrado ante el IMSS con 2 salarios mínimos, y que cumple puntualmente con sus obligaciones tributarias ante el fisco.  Un día, Juan X decidió realizar un gasto “fuera de lo común” con su tarjeta de crédito o débito, y “levantó” las alertas en el sistema de vigilancia de la autoridad y obviamente de la institución bancaria a la que está ligada el mencionado instrumento financiero.Pues bien, aquí es donde se pone bueno el asunto, pues esta nueva forma de fiscalización de la autoridad, involucra, antes de realizar una invitación o revisión a la vida fiscal de Juan X, una revisión exhaustiva de su vida en redes sociales, y que asumamos sin conceder, que Juan X publica cada aspecto de su vida en dichas redes: dónde ha estado, a dónde ha viajado, conciertos que ha asistido, autos que ha adquirido, lugar de residencia, etc. Y para sorpresa de la autoridad, la vida social de Juan X, es el equivalente a una persona de muy altos ingresos, digamos, un empresario de muy alto nivel, o por lo menos director importante, pues Juan X  tiene publicados en un año cuatro viajes al extranjero, un auto de lujo deportivo, su casa en la zona residencial más exclusiva de alguna entidad, conciertos en primera fila a los eventos del año, y así por el estilo, una vida que equivaldría a que Juan X, debería estar percibiendo altos ingresos, y por ende, el pago de altas o por lo menos, consideradas cantidades de impuestos a la autoridad, y al realizar una “compulsa” express, entre lo declarado por Juan X y lo publicado en redes sociales, la autoridad encuentra una absoluta “discrepancia” y ahora sí ya con una causa de fondo y no solo un gasto extraordinario en su tarjeta de crédito, comienza la autoridad una revisión o invitación a que Juan X, revele los verdaderos ingresos que percibe y las consecuencias que esto puede acarrear.

Es por eso que hoy, más que nunca, para todo el sector empresarial, y sobre todo los jóvenes emprendedores, que sus vidas en redes sociales, independientemente del factor riesgo que se vive en nuestra nación por la inseguridad del crimen organizado, tomen en cuenta que otro factor ya de vigilancia, seguimiento y fiscalización, es ya una realidad en la que por presumir un momento de sus vidas, un bien adquirido y no ser transparentes con la autoridad, se están poniendo en el ojo del huracán, sin posibilidad de argumentar mayor cosa en su favor.

Una correcta planeación fiscal y estar apegados a la ley para lograr una adecuada disminución en su vida tributaria y una solidez en sus ingresos para forma fiscal y financiera, es lo que va a ser clave en este mundo digital, y el lograr así, que si la autoridad voltea a ver a alguien, y este alguien, está perfectamente blindado, pueda, sin temor alguno, publicar todo lo que deseé y más.

Planear y prevenir, para no tener que sufrir y corregir, es lo que hace la diferencia.

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