Eliminar a los Pluris, no; profesionalizar a los Pluris, sí

Por: José Luis Arenas López


Una de las tantas reformas presentadas por el Ejecutivo el 5 de febrero de este año, tachan en lo absurdo y en lo inconstitucional. La iniciativa que pretende eliminar a los diputados y senadores plurinominales es incongruente; es decir, eliminar no es la solución. Atendiendo lo referido en los Arts. 52 y 53 C. que establecen la división de la Cámara de Diputados en su organización como en el ámbito territorial, siendo esta de 300 distritos uninominales, por lo que ocupar una de estos curules requiere que el diputado haya participado en los comicios electorales y haber ganado la elección. Por otra parte, para ser candidato o candidata a una diputación o una senaduría se requiere ser mexicano de nacimiento, ser originario de la entidad federativa, tener 18 años cumplidos el día de la elección para una diputación y 25 años para una senaduría, entre otras, Arts. 55 y 58 C. 

El mismo Art 52 C. establece, además, la existencia de 200 diputados plurinominales que serán electos por el principio de representación proporcional. Para el caso de los senadores, el Art. 56 C. menciona que la Cámara de senadores se integrará por 128 senadores, de los cuales, 64 se elijarán por el principio de votación mayoritaria, 32 asignados a la primera minoría y 32 plurinominales.

Según el reloj de población actual de México, en la actualidad hay una población de 135 millones 698 mil 500 habitantes, lo que hace que cada diputado represente a 271 mil 937 habitantes y cada senador a 1 millón 062 mil 253 habitantes. En otro orden de ideas, en diferentes momentos se ha propuesto que, para ser senador o diputado, además de los requisitos ya establecidos, se debería contar con una licenciatura en cualquier área, lo cual parece lógico; sin embargo, es discriminante, ya que el Art. 35 C. fs. I y II, establecen los derechos a votar y ser votados para cualquier cargo de elección popular. Para las grandes ciudades de México, es fácil contar con candidatos con licenciatura, maestría o hasta doctorado, pero ¿qué pasa en las comunidades indígenas? La realidad, es que con esfuerzo han terminado la primaria, siendo cierto que al ser nativo de una comunidad indígena están en condiciones de representar a su comunidad. Si a estos se les exigiera una profesión, no estarían en condiciones de participar y los partidos políticos optarían vorazmente por colocar a cualquiera de sus agremiados.

Haciendo un poco de historia, en 2021 el presidente ya había presentado esta propuesta, la cual fue desechada por ser inconstitucional, además de estar plagada de mentiras. La propuesta indicaba que, con el ahorro de no pagar 200 salarios de los plurinominales, se comprarían medicamentos, situación falsa y siniestra; primero, porque aun y cuando se hubiera aprobado la iniciativa, esta entraría en vigor hasta el 2024, por lo que la compra de los medicamentos se haría hasta enero de 2025; segundo, porque aplicaría el 14 C. p. 2, que indica que a ninguna ley se le dará efecto retroactivo.

La iniciativa de desaparecer “las candidaturas plurinominales” resulta absurda e incongruente desde su planteamiento original, esto por contar con diversas inconsistencias; una de ellas es que las plurinominales no son candidaturas; estas son electas por los propios partidos sin considerar la opinión de la población. Por otra parte, reducir plurinominales no resuelve el problema; si se requieren 500 diputados y 128 senadores es porque se necesitan, el problema radica en la ineficacia de los titulares para ejercer su cargo, además de mencionar la ignorancia, abuso y los actos de corrupción en los que muchos de ellos se encuentran involucrados; incluso delitos, por demás decirlo, que en la mayoría de las veces no se sancionan, ya sea por la amistad con servidores públicos de alto nivel o por contar con fuero; si a esto le agregamos el incumplimiento administrativo y la falta de propuestas en beneficio del pueblo, entonces el presidente no logra captar el problema.

El problema radica en las personas que ocupan los cargos. Lógicamente, gran parte de esta problemática son los partidos políticos, ya que de ahí emanan sus candidatos, mismos que en su mayoría carecen de principios éticos, valores y conocimientos para ejercer el cargo. Aquí es importante mencionar que existe una falsa democracia, porque el pueblo no propone a los candidatos, sino los partidos políticos quienes eligen a sus cuates y allegados. Por lo anterior, en el caso de los uninominales, no es posible corregir el problema. 

¿Qué pasaría si se eliminan a los plurinominales? El primer efecto estaría en los representados, es decir, se incrementaría la población por atender por cada diputado y por cada senador; haciendo números: 453 mil 228 y 1 millón 416 mil 338 habitantes, respectivamente. Siendo objetivos, si en la actualidad no atienden ni al 10% de lo asignado, con la eliminación de los plurinominales serían completamente ausentes.

Sin embargo, no todo está perdido. Existen mecanismos que pueden resolver el problema: primero, eliminar el fuero para todos los diputados y senadores. el fuero es un permiso para delinquir y que llena de privilegios a los legisladores dándoles inmunidad; en segundo lugar y como ya se dijo, los uninominales son ciudadanos con derecho al voto y ser votados; al mismo tiempo, deben ser auditados, haciéndoles exigibles sus obligaciones y en caso contrario, ser removidos de manera inmediata. Un mecanismo posible es proponer iniciativas en beneficio de sus representados y estar presente en todo momento en su lugar de trabajo. Por otra parte, eliminar la enorme cantidad de asesores con los que cuentan, es decir, el problema no es el salario de cada legislador, si no los gastos que erogan y entre ellos, los egresos por concepto de comisiones y pagos a personal no adscrito a las Cámaras, quienes, además, presumen de autos de alta gama, trajes de diseñador, entre otros lujos.

Para el caso de los plurinominales, será importante que estos no pertenezcan a la clase política y que sean ciudadanos honorables electos por procedimientos públicos y comprobables; además, que no presenten un título obtenido al vapor y que cuenten con la experiencia suficiente para representar el pueblo en los diversos debates. A estos sí se les puede exigir una formación profesional, ya que no son votados y se necesita que estén preparados para hacer contrapeso a los uninominales, que en su mayoría no solo desconocen las leyes, si no que desconocen todos los procedimientos establecidos en el 71, 72 y 73 C. Además, carecen de pericia en aspectos por discutir en el pleno como la educación, ciencia, medicina, medio ambiente, turismo, etc.

Las Cámaras deben establecer mecanismos de auditoría permanente, que permitan identificar de manera oportuna cualquier tipo de acto de corrupción derivada de las funciones de los legisladores o personal de su equipo; asimismo, exigir transparencia y rendición de cuentas en el gasto público y los recursos asignados, además de definir mecanismos de control que sancionen con mayor prontitud cualquier irregularidad haciendo efectivo lo establecido en el 109 C. En dicho artículo, se exponen las sanciones, las cuales inician con la separación del cargo, inhabilitación, reparación del daño, multa igual a la reparación del daño y en su caso, la prisión; agregando una sanción más, que el legislador o personal a su cargo que haya sido encontrado responsable de la comisión de un delito, no vuelva a ocupar un cargo público, ya sea por elección o por selección.

Leave a Comment

Your email address will not be published.

Start typing and press Enter to search