LA DEMOCRACIA ¡SOY YO!
Por: José Luis Arenas López
El Art. 40 de nuestra Constitución establece que: “es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal… (sic), párrafo del cual se destaca el término “Democracia”, la democracia es una forma de gobierno de un Estado, donde el poder es ejercido por el pueblo, esto a través del derecho de la representatividad, es decir, el pueblo determina y elige quién o quiénes nos representarán en la administración del Estado por un periodo determinado; por su parte, el Art. 39 C. establece: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
La explicación del 39 C. es simple y a la vez profunda, el término inalienable brinda al pueblo tiene un derecho irrenunciable para definir su forma de gobierno, sobre todo, que el pueblo puede modificar el curso del gobierno en el momento que lo considere necesario, por ejemplo: cuando un mandatario violente la establecido en nuestra Carta Magna.
Es muy importante comprender que nuestra Constitución Política se creó para controlar a quienes nos gobiernan y no para controlar a los gobernados desde cualquier nivel o área de gobierno, de ahí la creación del servidor público, quien por obligatoriedad deberá servir al pueblo y no servirse de él.
En la actualidad, México vive una falsa democracia, hoy la democracia está fracturada y manipulada desde el Palacio de gobierno, lo anterior se puede explicar en dos sentidos:
El primero, inició ilegalmente el 13 de junio con la famosa figura de elegir al o la coordinadora del comité de defensa de la 4T. ¿Por qué es ilegal este procedimiento? Por dos razones, ese mismo día AMLO se reunió con los nuevos consejeros del INE en Palacio Nacional.
La nueva Consejera Presidente del INE, Guadalupe Taddie, quien fue electa por sorteo y quien además ha sido señalada y cuestionada por sus vínculos familiares y partidista, siendo simpatizante del hoy jefe del ejecutivo y del partido oficial, ha producido una situación antidemocrática, misma que genera conflicto de intereses.
Por otra parte, sin estar definido en los estatutos de Morena, se crea de la nada la figura de coordinador de los comités de defensa de la 4T, lo cual es abiertamente un inicio de campaña muy anticipado, aunque tanto el presidente como los dirigentes de su partido lo nieguen.
El Art. 41 ap. B, f. V de nuestra Constitución establece que: “La organización de las elecciones es una función estatal que se realiza a través del Instituto Nacional Electoral… (sic)”, lo cual define con claridad que se debe realizar la selección de un candidato en los tiempos que establece la ley, dejando fuera el ejercicio de campañas electorales anticipadas, mismas que el partido del gobierno negó como figura de campaña electoral.
En otro sentido, el Art. 41 f. IV p. 2 establece que: “La duración de las campañas en el año de elecciones para Presidente de la República, senadores y diputados federales será de noventa días; en el año en que sólo se elijan diputados federales, las campañas durarán sesenta días. En ningún caso las precampañas excederán las dos terceras partes del tiempo previsto para las campañas electorales”. Lo anterior indica que la precampaña debería iniciar el día 1 de febrero de 2024 y la campaña oficial el 1 de abril, lo cual demuestra la violación de los tiempos electorales
La democracia y representatividad emanan del pueblo, pero ¿qué sucede cuando el jefe del Ejecutivo propone un grupo de funcionarios para que, a partir de ello, el pueblo elija? ¿Es esto democracia?
Con los procesos de selección de figuras políticas, se hace explícito el uso de recursos públicos que, desde luego, exhiben una falta de respeto hacia la democracia y al pueblo que necesita el gasto público para ámbitos importantes, como el de la salud.
Otro acto antidemocrático de AMLO ha sido la confusión e invención de oposiciones. Ejemplo claro es Xóchitl Gálvez, a quien AMLO expuso de manera mediática sin su consentimiento.
Con dicha exposición que duró días, los partidos de oposición la abanderaron como su candidata a la presidencia de la república.
Sin embargo, Xóchitl solo estuvo al frente de una alcaldía, y difícilmente podría asimilar las herramientas políticas para contender federalmente en un puesto que, desde el gobierno en turno, está controlado.
Algunos pensarían que ante la falta de conocimiento de finanzas públicas, comercio internacional o inversiones extranjeras, se puede apoyar de asesores. Sin embargo, sabemos de antemano que estos también se atreven a saquear recursos públicos (como el caso del asesor político de Alejandro Armenta, quien exhibió la compra de un Audi R8 con el salario inferior de su jefe).
El error de la oposición fue creerle a AMLO y su estrategia de posicionar a Xóchitl Gálvez como candidata presidencial y no como contendiente al gobierno de la CDMX. Con esto, AMLO está asegurando el camino presidencial para Morena y así continuar con sus procesos internos.
Sabemos que hay otras figuras políticas con mayor fuerza que Gálvez, pero con la estrategia mediática de AMLO, está logrando enterrar al PRI y controlar a las dos entidades más pobladas del país, pues el dirigente de ese partido, Alejandro Moreno, no ha mostrado consensos verdaderos en el Frente Amplio por México.
AMLO nos ha enseñado que la democracia, su democracia, puede manejarse desde una perspectiva personal; Morena nos ha enseñado que en realidad gana el abstencionismo electoral; cuando el presidente realizó el ejercicio de revocación de mandato, en realidad solo votó el 18% del electorado vigente, es decir, de los 30 millones de votos con los que ganó la elección en 2018, solo contaron en promedio 17 millones de votos y de estos, el 10% fue a favor de la revocación.
Si la oposición no observa detenidamente estos números como una oportunidad para ganar la simpatía de la gente, no tendrán muchas posibilidades a futuro.