5 pasos para levantarte de los errores
Por: MAURICIO CONTRERAS
A nadie le gusta equivocarse. Todos quisiéramos tener resultados sobresalientes y victorias permanentes; tanto en la vida laboral como en nuestra vida personal.
La realidad es que las cosas no siempre van a salir como nosotros deseamos, tendremos que pasar algunas derrotas en el camino y cometer errores. Una racha de malos resultados le puede pasar a cualquiera, lo importante es ¿qué hacemos cuando las cosas no nos salen bien? o ¿cómo reaccionamos ante las derrotas que vamos experimentando?
Hay personas que se rinden ante su primer descalabro, dejan de creer en sí mismos, dejan de creer en su equipo o en las metas que se habían planteado conseguir.
La gestión de errores y fracasos es un tema del que se habla muy poco. Todos nos preparamos para ganar, pero es igual de importante saber reponernos ante las derrotas y los errores que cometemos.
Por eso vamos a compartir 5 pasos para recuperarnos cuando cometemos un error.
- Mantener la calma y la claridad
Cuando las cosas no van bien, muchas personas se desaniman, se recriminan, buscan culpables o se autoflagelan por los errores cometidos. Esos pensamientos de culpa solamente nos harán perder el rumbo y la destreza mental para las siguientes actividades, por lo tanto, aumentan las posibilidades de continuar cometiendo errores.
Por eso es común que una derrota se convierta en toda una temporada de malos resultados, porque esos pensamientos de culpa o frustración los extendemos, de tal forma que terminan afectando nuestra respuesta ante las circunstancias.
Es como cuando conducimos un automóvil y de pronto caemos en un hoyo o un bache. Inmediatamente nos enojamos con nosotros mismos por no haberlo visto. Ponemos la vista en el retrovisor para ver el tamaño del error que acabamos de cometer. Nos molestamos con el gobierno por la pésima calidad de avenidas que tiene nuestra ciudad. Cuando menos nos damos cuenta, ya hemos caído nuevamente en otro hoyo.
Eso sucede porque nos concentramos tanto en la derrota, comenzamos a mirar hacia atrás y eso baja nuestra capacidad de seguir conduciendo y avanzando.
Nuestra primera reacción ante una derrota, debe ser sujetar bien el volante, agudizar la vista y mantener la calma. Buscar terminar el trayecto, el partido o la etapa sin mayores percances, lo más concentrados que podamos. Ya después habrá tiempo para analizar el error y detectar puntos de mejora.
- Haz un diagnóstico general
Dijimos que tu primera reacción debe ser mantener la calma y seguir avanzando, pero después busca un momento adecuado para realizar una pausa. Para detenerte un poco y revisar las posibles consecuencias del error que cometiste.
Ahora sí podrás voltear y analizar lo sucedido. Evaluar las condiciones en las que te encuentras o analizar el nivel de daños generado. Eso será el inicio para después crear un plan de compensación o reajustar la estrategia.
Trata de enlistar los daños materiales, emocionales y de tiempo. Es decir, el impacto que ese error o esa derrota ha generado en tus planes iniciales.
A veces reaccionamos exageradamente ante las circunstancias. Nos angustiamos o nos enojamos de forma desproporcionada. Por eso es importante hacer un análisis real de la situación. Quizá el error cometido puede ser revertido o simplemente las consecuencias son mínimas. Hay que tratar de mantener un pensamiento positivo y con enfoque a soluciones.
- Analizar las causas.
Un paso importante es entender las causas que nos llevaron a tropezar. Ahora sí podemos mirar hacia atrás, no para recriminarnos sino para aprender y evitar repetir esos mismos errores. Te recomiendo realizar una lista de factores internos (decisiones) que ocasionaron la derrota, así como de factores externos (circunstancias) que influyeron en los resultados.
Procura dedicarle un buen tiempo a este análisis, ya que de eso depende que evites los mismo tropiezos en el futuro. No seas simplista, no te quedes con la respuesta rápida. Todos los resultados que tenemos provienen de diferentes factores tanto internos como externos.
Durante este análisis de causas, procura hacerlo primero de forma individual, después involucra a otras personas del equipo o cercanas a ti para que te permitan obtener una perspectiva más realista o completa de lo sucedido.
- Generar un plan de contingencia
Ahora que tienes más claro el diagnóstico de tu estado actual y las causas que generaron ese error, puedes trazar un plan para compensar el impacto negativo que pudiste tener y evitar que se repita en el futuro.
Este plan necesita cubrir dos objetivos principales: compensar y prevenir. Compensar los retrasos o pérdidas que ese error pudo ocasionar en tus planes, y el segundo objetivo, prevenir que esas mismas causas detectadas ocurran nuevamente.
Muchas personas se quedan estancadas en analizar los porqués y se olvidan de realizar un plan para evitar repetir sus tropiezos. Este plan debe ser específico, con acciones medibles.
- Monitorea avances y busca la mejora continua.
Hasta los mejores planes fallan cuando no se mide su aplicación y sus avances. Todo se queda en buenas intenciones que nunca se llevan a cabo. Por eso debes tener una supervisión periódica, para verificar que realmente se está llevando a cabo el plan de contingencia.
Recuerda que la vida es un proceso de mejora continua. Los errores son parte del camino. Las derrotas también. Nuestra tarea es aprender de esas caídas y seguir avanzando.