Claudia ¡sí puede!

#ArtículoDeOpinión

Por: Dr. José Luis Arenas López

El pasado dos de junio, México vivió el proceso electoral más grande en la historia. Sin duda hubo tres factores importantes en los comicios: la democracia, abstención e ignorancia, es decir, es indudable que el pueblo se manifestó y brindó su apoyo a la Doctora y eso es invaluable, a pesar de los más de 186 mil homicidios dolosos, la falta de medicamentos, las enormes fallas del sistema de salud, los múltiples problemas y errores del Banco del Bienestar, del obvio nacimiento de nuevos ricos; sin duda, el pueblo votó por la confianza y empatía hacía la Doctora. Como ha sido normal en los últimos comicios, votar es un derecho y al mismo tiempo una obligación, la abstención por desconfianza y apatía evita el ejercicio del voto, en 2024 solo votaron 59 millones 987 mil personas, de un total de 98 millones 517 mil ciudadanos, sufragios de ciudadanos que en lo general son los que más exigen servicios públicos. Finalmente la ignorancia podría ser la gran ganadora, muchos ciudadanos no conocen quién es su diputado y mucho menos su trayectoria, fue un voto por color y no un voto responsable y pensado, el cual en sus resultados no brindó un equilibrio entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Son tiempos de cambio, tiempos de confianza y de un nuevo inicio como cada fin e inicio de sexenio, por tradición un gobierno termina y un gobierno inicia, esto implica que los que administraron dejarán de hacerlo y se abre el paso a nuevos administradores con nuevos impulsos e ideas, con estrategias de progreso para un país necesitado y urgido de salir adelante en conjunto, un gobierno que gobierne para todos sin importar colores o ideologías, un gobierno incluyente y preocupado no solo por sus votantes, sino por todos los mexicanos de todas las esferas.

Sin embargo, las primeras dos semanas posteriores a las elecciones parecen establecer las bases del siguiente sexenio, las declaraciones imprudentes del diputado Ignacio Mier, asegurando que, contra viento y marea, las reformas de AMLO van, declaraciones desatinadas y sin forma, agresivas y por demás autoritarias, amenazantes y dictatoriales.

En una intervención inteligente, la Doctora llevó a cabo trabajos de cabildeo bajo una estrategia inteligente y prudente; realizó llamadas con los titulares del Fondo Monetario Internacional, del Banco de México, la OCDE y con los representantes de la firma más poderosa del mundo: BLACROCK; además, con el apoyo del actual Secretario de Hacienda, lograron dar un poco de confianza a la incertidumbre de los mercados internacionales y de los inversionistas, con ello el irresponsable diputado Mier se sintió forzado a corregir sus desatinados comentarios ante los medios de comunicación de lo que causó tanto daño a una recién electa Presidenta y a un gobierno que todavía no inicia.

Lo cierto es que toda reforma de ley debe ser en beneficio de los ciudadanos mexicanos y no en beneficio de un grupo de poder, tal cual lo plasma el Art. 39 de la Constitución; la reforma judicial, la electoral y la de los fondos de pensiones no van en interés del pueblo, estas declaraciones causaron una inestabilidad financiera en la bolsa de valores y la depreciación del peso.

El viernes siete de junio se respiraba una aparente calma gracias a las acciones de la Doctora, sin embargo, el Presidente en funciones demostró que no está dispuesto a ceder el poder y quiere seguir al frente sin otorgar el bastón de mando a su sucesora; en su mañanera emitió graves declaraciones en las que echó abajo todo el trabajo de cabildeo que hiciera la Doctora un día antes, al indicar que “la justicia está por encima de los mercados”, este pronunciamiento sacudió los mercados en el mundo, cuyo efecto inicial se dio en la depreciación del peso de 17.93 pesos por dólar y al cierre de la mañanera ya estaba en 18.37, sumando una caída del 8.05%, mientras la bolsa acumula una caída de 3.99%.

Lo anterior fue solo el inicio. Durante la misma mañanera, el Presidente en funciones (quien a lo largo de su gobierno aseguraba irse a su rancho al término de su gobierno) confesó públicamente que estaba dispuesto a continuar en la política activa si su presidenta se lo pedía: “atendería yo un llamado de mi presidenta para ocupar un cargo público”; y no solo eso, en caso de ser invitado a colaborar, él se reservaría su derecho a disentir, es decir, la incondicionalidad que el exigió no lo tendría para la nueva jefa del Ejecutivo; y para cerrar su mañanera, el Presidente en funciones no solo salió a defender la honorabilidad de sus hijos acusados de hacer negocios en el gobierno actual; también, desde la tribuna más importante del país, les abrió las puertas para que en el nuevo sexenio, sus hijos puedan participar en política.

Estas declaraciones desde su momento y a quince días de las elecciones no han dejado de pesar a la presidenta electa y ponen a México en la mira de los gobiernos y de los mercados internacionales, así como en alerta de los inversionistas, quienes titubean ante un posible gobierno autoritario.

La Doctora ya dio muestras de sus capacidades y es justo que ejerza su gobierno de la manera que más convenga al pueblo, estamos en un momento histórico con la llegada de la primera mujer a la presidencia, es claro que tiene la experiencia, las habilidades y los conocimientos para hacer un gobierno adecuado, equilibrado y justo que en conjunto aseguren el desarrollo del país y de cada uno de sus habitantes. De igual forma, la integración de su gabinete y su gabinete ampliado queda a consideración solo de ella y de sus asesores, su gobierno no puede quedar manchado por intromisiones innecesarias o partidistas, sobre todo, cuando existen imposiciones de personas que se integren a su equipo y que nunca en su vida han trabajado, que carecen de toda experiencia y capacidad pública probada.

Las preguntas son: ¿podrá la Doctora soportar la presión para invitar a alguno de los hijos del presidente saliente a su gobierno?; ¿la Doctora permitirá que sus decisiones sean coartadas por imposiciones de quien fuera presidente?; ¿la Doctora dará continuidad a una forma de gobierno que sin duda no fue el más próspero para el país?; ¿la administración del país estará sujeta a caprichos y gastos desmedidos?

Es claro que la situación de México no solo es crítica por las declaraciones irresponsables del diputado y del jefe del Ejecutivo; se volverá más crítica la situación con la aprobación de leyes que beneficien solo a un grupo de poder, al mismo tiempo, iniciará el sexenio con un déficit altísimo con 2.2 MBDP, cuya deuda, y según las declaraciones de Alta Gracia Gómez, asesora financiera de la presidenta electa, declaró que: “desde luego, es una deuda con la que inicia el nuevo gobierno y es algo que todos asumimos como mexicanos”, es decir, esta deuda nos será cobrada a través de las contribuciones del siguiente gobierno, ya sea con la alza o de la creación de nuevos impuestos.

Las historias tienden a repetirse, esperemos que sea el caso en este momento; recordemos marzo de 1995, Ernesto Zedillo presidente electo de México bajo circunstancias muy lamentables con el asesinato de Colosio como candidato, mismas que apuntaban a que Salinas seguiría gobernando desde lo oscuro y que Zedillo sería solo la imagen, Ernesto Zedillo enfrentó a su antecesor y ejerció su administración sin intromisiones dictatoriales o sin la construcción de un Maximato.

Sin duda, el futuro de México es incierto, lo que sí es real es que la Dra. Claudia tiene en sus hombros la confianza de 130 millones de habitantes y aunque no todos la favorecieron con su voto, también es cierto que su gobierno no puede estar dividido y debe gobernar para todos porque ella es nuestra Presidenta y de eso se trata la democracia. Todos queremos un mejor país, un mejor México, Claudia no necesita imposiciones ni presiones de quien ya se va, Claudia no le debe nada, porque Claudia sola sí puede, Claudia con su equipo lo hará bien, Claudia tiene todo para llevar a México al desarrollo.

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